El emprendedor estadounidense Eric V. Holtzclaw, fundador de una serie de compañías y conocido asesor de negocios, escribió una columna en el portal de consejos empresariales Inc., donde señala que hay un concepto que debes evitar lo más posible en el ambiente laboral.

“He visto a más vendedores y empresas presentar sus ideas en los últimos años, de los que puedo contar. Y durante miles de entrevistas con consumidores sobre cómo utilizan diferentes productos y servicios, y responden a mensajes de marketing, he perfeccionado el arte de sonsacar signos reveladores de mentiras y omisiones”, dice Holtzclaw.

A partir de esa experiencia, el empresario dice que el término que deberíamos dejar de usar de inmediato es “realmente” -o “en realidad”.

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“Para el oyente experimentado, que alguien diga ‘en realidad’ es un claro indicativo de un área que por lo menos hay que investigar más, y puede apuntar a un engaño”, señala Holtzclaw.

Eso sí, el experto indica que cuando se usa el término correctamente, puedes aportar una mayor claridad, y da un ejemplo:

Pregunta: “¿Fuiste al almacén a comprar leche?”
Respuesta: “En realidad, fui a un servicentro a comprarla”

“En este ejemplo, es fácil ver por qué alguien podría usar la palabra. La pregunta original sugiere que fue a la tienda, pero tal vez tú no crees que un servicentro sea realmente una tienda. En tu mente, estás comparando y justificando la decisión de parar en una gasolinera en lugar de un almacén”, indica.

Pero en un ambiente laboral, esta palabra es innecesaria, según el autor. Y es que “subconscientemente” invita a los oyentes a cuestionar si hay más información que no se ha dicho. “El concepto ‘en realidad’ sirve como una pausa, dando tiempo al cerebro del presentador para decidir cómo resolver el conflicto en su mente entre la pregunta y la verdad”, dice Holtzclaw y da un ejemplo:

Pregunta: “¿Cuántos clientes están utilizando la plataforma?”
Respuesta: “Realmente (o en realidad), tenemos más de 100 empresas”.

El concepto “realmente” o “en realidad” no es importante en esta respuesta. “Es una información extra que hace que el oyente curioso se pregunte porqué la persona usó ese término. Un inversionista o cliente astuto solicitará ver una lista de clientes u otro tipo de información adicional para comprobarlo”, comenta.

Si entrevistas a un cliente, éste puede utilizar la palabra como una forma de ser complaciente, por ejemplo:

Pregunta: “¿Utilizas este producto?”
Respuesta: “En realidad, lo tengo”

Para el oyente experimentado, que le digan “en realidad” (en lugar de decir “sí, lo tengo”) es como decirle “No, nunca he usado” o “Lo usé una vez y funcionó como esperaba o necesitaba”. Probablemente, ante esa respuesta, le pedirías decir cuántas veces lo ha usado, o cuándo fue la última vez que lo usó.

“El perfeccionamiento requiere atención a lo que dices y quitar todo lo que distrae de tu mensaje principal. Como oyente, detectar el concepto ‘en realidad’ puede darte pistas de que hay algo más y una ventaja competitiva”, explica el autor.

Otro concepto que no debes usar

Cuando estás en medio de una reunión laboral importante y alguien te pregunta algo cuya respuesta desconoces, o primero que viene a la mente es decir “No sé”, sin embargo, esta frase puede jugar en tu contra cuando estás forjando un liderazgo, tal como consignó BioBioChile en una nota anterior.

La solución, por supuesto, no es saberlo todo, sino que responder de manera más inteligente. Así lo señala en un columna publicada en el portal laboral The Muse, Jo Miller, fundadora de Be Leaderly (sitio web dedicado a otorgar herramientas de liderazgo a mujeres) y CEO de Women’s Leadership Coaching, firma que se ocupa de entrenar a mujeres en esta área.

“Responder impulsivamente ‘No sé’ puede parecer el camino más fácil en un incómodo momento, pero si quieres ser tomado en serio como un líder emergente, debes deshacerte de esa frase y aprender lo que los líderes dicen cuando no saben la respuesta”, indicó.

Según Jo, decir “No sé” puede costarte tu credibilidad e influencia, porque cada vez que pronuncias estas dos palabras enseñas a la gente a no recurrir a ti la próxima vez, aunque seas muy capaz y competente. Lo más probable, es que las personas se dirijan a otro que parece más confiado y preparado, aunque en realidad no sea así.

Por lo mismo, puedes usar otras como:

“En este momento, no tengo información suficiente para responder a tu pregunta”
“Buena pregunta. Voy a averiguar”
“Sobre la base de lo que sabemos hoy, creo que…”
“No tengo los datos a mano, pero los conseguiré para ti hoy”

Jo explica que transmitir confianza es parte del trabajo de un líder. Por ello, insiste en forjar herramientas comunicativas y eliminar el “No sé” del vocabulario y reemplazarlo por otras frases más potentes.