Un video a primera persona muestra cómo fue la gran avalancha que afectó a un campo base del Everest, tras el terremoto con epicentro en Nepal ocurrido el sábado.

El escalador alemán Jost Kobusch fue el autor del registro, en el que se escuchan las palabras “la tierra está temblando”, para de unos segundos después aparecer una pared blanca de nieve que se iba sobre los alpinistas.

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Las personas que estaban en el campamento tuvieron poco tiempo de reacción para evitar la caída del manto de nieve que se vino sobre ellos. Esto provocó que hasta este domingo se contabilicen 18 muertos y 61 heridos por la avalancha.

https://youtu.be/_JC_wIWUC2U

Relatos de una avalancha en el Everest

Todavía incrédulo por haber sobrevivido al muro de nieve que se le vino encima , el alpinista George Foulsham interpreta su experiencia como un mensaje de la montaña, “que por el momento no quiere ser escalada”.

“Corrí pero me tumbó la nieve. Intenté levantarme pero me tumbó otra vez. No podía respirar, pensé que estaba muerto”, explica este biólogo marino de 38 años que vive en Singapur, recordando el momento en que fue derribado por lo que describe como “un edifico blanco de 50 pisos”.

“Cuando al final conseguí levantarme, no podía creer que había salido indemne de lo que se me vino encima”, explica,

Como muchos de los alpinistas en la zona, Foulsham había vuelto este año al campo base para intentar subir a la montaña más alta del mundo después de que el año pasado la temporada de ascensiones fuera cancelada por una avalancha en la que murieron 16 sherpas.

Foulsham teme ahora que su sueño de subir al Everest nunca se haga realidad. “He ahorrado durante años para subir al Everest pero parece que por el momento la montaña no quiere ser escalada”, afirma.

‘Murió antes mis ojos’

Ellen Gallant, una cardióloga y alpinista estadounidense, explica cómo se ocupó de los heridos pero fue incapaz de salvar a una persona que murió ante sus ojos.

“Estaba fuera y vi una inmensa nube que venía hacia mí. Corrí hacia la tienda y me eché al suelo. Cuando la vibración se detuvo, salí y llamé por radio a la tienda médica. Me pidieron a mí y a un alpinista indio [un doctor en el ejército] que nos ocupáramos de las heridas en la cabeza”, explica.

“Trabajamos todo la noche, por turnos, distribuyendo medicamentos y poniendo sondas intravenosas. De nueve pacientes, uno murió anoche, un sherpa de 25 años. Su presión sanguínea bajó, no pudimos hacer nada”, relata Gallant, que trabajó en condiciones muy rudimentarias.

“Hacia las seis de la mañana oímos helicópteros y supimos que íbamos a salir del peligro. Pudimos evacuar a los ocho pacientes”, recuerda.

“Cuando vas a la escuela de medicina, aprendes a concentrarte en lo que estás haciendo. Pero ahora que las cosas se han calmado, he notado el golpe. Este joven que murió ante mis ojos tenía 25 años, no tendría que haber muerto”, afirma.

‘La tienda se fue volando’

“Estaba en la tienda donde comemos cuando se produjo la avalancha, la tienda se fue volando”, relata Kanchaman Tamang, un cocinero nepalí de 40 años que trabaja para Jagged Globe, una compañía que organiza expediciones al Everest.

“Después de la avalancha del año pasado, no me preocupaba volver, les dije a mi familia que trabajo en el campo base es seguro, no es como estar en la cascada de hielo”, afirma.

“Pero ahora la temporada ha terminado, el camino ha sido destruido, las escaleras de la cascada de hielo están rotas. No creo que vuelva el año que viene. Esta montaña significa demasiado dolor”, sentencia.