Tres de los seis ex prisioneros de Guantánamo refugiados en Uruguay desde diciembre de 2014, protestaron en las afueras de la embajada de Estados Unidos en Montevideo este viernes en la noche reclamando por “promesas incumplidas” del gobierno uruguayo. 

El gobierno de ese país “prometió muchas cosas pero hasta ahora sólo son palabras”, dijo el sirio Omar Mahmoud Faraj, de 39 años. Aseguró que desde hace dos semanas no reciben el subsidio económico de 15.000 pesos uruguayos (562 dólares) mensuales que percibían de Acnur.

“Vinimos aquí (a la embajada) porque estamos muy enojados, hace quince años que no veo a mi familia, y ¿cómo es qué voy a traerla aquí si no tenemos ni dónde vivir?”, reclamó Faraj. 

El refugiado precisó que dos de los ex prisioneros, alojados en un hotel desde febrero de este año, fueron desalojados por falta de pago y retornaron esta semana a la casa que la sindical PIT-CNT dispuso desde su llegada, localizada en el centro de Montevideo.

Agregó que no cuentan con un traductor para comunicarse en su vida cotidiana y que no ha podido conversar con su familia desde hace dos meses porque desde entonces no tienen servicio telefónico en la residencia. 

“Fui internado en un hospital y ni siquiera así me dieron un traductor (…) No quiero irme, estamos aprendiendo a hablar español, vinimos aquí a Uruguay para vivir tranquilos y con dignidad. No hay que olvidar que somos inocentes”, dijo a los periodistas.

Los ex prisioneros no fueron recibidos por ningún representante de la embajada estadounidense, pero la instancia emitió un comunicado indicando que “todo pedido de entrevista debe realizarse a través de los canales correspondientes y durante el horario de trabajo de esta representación”.

Mediación de EEUU

Por su parte, el sirio Ali Shabaan, de 32 años, comentó que hace un mes se reunieron con el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa para presentar sus demandas. Sin embargo, a la fecha continúan insatisfechos con la respuesta del Ejecutivo uruguayo.

Faraj agrewgó que esperan una mediación del gobierno estadounidense para que se “cumplan los acuerdos suscritos” al momento de su liberación y traslado.

“No vinimos por la plata, vinimos para poder vivir con dignidad pero así es muy difícil (…) que Estados Unidos nos ayude, que hablen con Uruguay, y sino que me devuelvan a Guantánamo o a Siria”, dijo Faraj.

Shabaan, Faraj y el tunecino Abdul Bin Mohammed Abis Ourgy, de 49 años, aseguraron que pasarían la noche al frente de la embajada de Estados Unidos.

La AFP intentó, sin éxito, comunicarse con la sindical PIT-CNT.

Los tres ex reclusos arribaron a Uruguay en diciembre de 2014 junto con el palestino Mohammed Tahanmatan (35) y los sirios Jihad Diyab (43) y Ahmed Adnan Ahjam (37), luego de estar más de una década en la prisión estadounidense instalada en suelo cubano.

El ex presidente José Mujica -un ex guerrillero que vivió en cautiverio por más de 13 años, la mayoría de ellos en condiciones infrahumanas- accedió a un pedido de su par estadounidense, Barack Obama, para recibir a un contingente de detenidos en Guantánamo, alegando razones humanitarias.

El traslado de presos a Uruguay fue el primero desde Guantánamo a un país sudamericano. 

En la controvertida prisión estadounidense en la isla de Cuba, inaugurada en 2002, quedan más de 100 detenidos.