Unos 300 paracaidistas estadounidenses comenzaron este lunes, en presencia del presidente ucraniano Petro Poroshenko, a entrenar a los soldados de Kiev, que luchan contra los separatistas prorrusos en el este de Ucrania.

“Queridos socios y amigos, sean bienvenidos a Ucrania”, declaró en inglés Poroshenko durante la ceremonia de apertura de las maniobras en Yavoriv, cerca de la frontera polaca, que tuvo lugar en presencia de un gran número de medios de comunicación ucranianos y occidentales.

Los paracaidistas de la 173º brigada aerotransportada entrenarán a 900 soldados de la Guardia Nacional ucraniana.

Esta unidad, subordinada al ministerio del Interior, se compone en parte de voluntarios que participaron en las milicias de autodefensa del Maidán, el movimiento de contestación proeuropeo en febrero de 2014, que logró la marcha del anterior presidente, el prorruso Viktor Yanukovich.

El entrenamiento durará seis meses y está previsto que los instructores estadounidenses roten cada dos meses.

Los soldados norteamericanos enseñarán técnicas de combate a los ucranianos y también a “mantener y reforzar el profesionalismo y la habilidad del personal militar”, declaró el comandante José Méndez en un comunicado.

Ucrania había solicitado esa misión de entrenamiento a Estados Unidos para afrontar a los separatistas, en un conflicto que ha causado más 6.000 muertos en un año.

Esto “los ayudará a defender sus fronteras y su soberanía”, aseguró el capitán estadounidense Ashish Patel.

El ejército estadounidense precisó que el material sólo se iba a utilizar para el entrenamiento y que no se entregará a las fuerzas ucranianas.

La decisión estadounidense de entrenar a los ucranianos provocó una rápida reacción de Moscú, que acusa a Washington de alentar las protestas del Maidán.

“La presencia de especialistas de un país tercero no facilita una solución del conflicto ni la creación de una buena atmósfera, sino que, al contrario, desestabiliza seriamente la situación”, declaró la semana pasada el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.

Por su parte, Poroshenko y el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, acordaron durante una conversación telefónica pedir a Rusia que respete “los términos de los acuerdos de Minsk, deje de trasladar armas pesadas a Ucrania y de estacionar tropas en la frontera”, indicó la Casa Blanca.