El papa Francisco aceptó el martes la dimisión de Robert Finn, obispo de Kansas City (Missouri, Estados Unidos), que representa un caso emblemático en Estados Unidos por haber encubierto a un sacerdote pedófilo, anunció el Vaticano.

Esta medida era exigida desde hace mucho tiempo por las asociaciones de antiguas víctimas de sacerdotes en Estados Unidos, como la red SNAP.

Este prelado de 62 años fue reconocido culpable en 2012 por la justicia estadounidense de no haber denunciado a un sacerdote pedófilo.

Es probable que su dimisión fuera reclamada por el Vaticano, siguiendo las consignas de “tolerancia cero” del papa Francisco ante estos escándalos que desacreditaron a la Iglesia.

En septiembre de 2012, tras un proceso de varias semanas, Finn fue reconocido culpable de no haber denunciado a un sacerdote de su diócesis, Shawn Ratigan, acusado de pedofilia y de posesión de imágenes de pornografía infantil.

Esto contrasta con lo sucedido en el nombramiento en enero del obispo Juan de la Cruz Barros, sospechoso de haber protegido al condenado sacerdote Fernando Karadima, y que fue considerado desafortunado por expertos laicos que aconsejan al Vaticano, y que expresaron el deseo que se anule esta decisión.