La Casa Blanca estimó el jueves que la decisión de Moscú de liberar la venta de sus misiles antiáereos S-300 a Irán muestra que la economía rusa se ha debilitado, principalmente por las sanciones occidentales debido a la crisis en Ucrania.

El portavoz del presidente Barack Obama, Josh Earnest, retieró la “inquietud” de Estados Unidos por la posible venta de estos mismiles a Irán, las que aseguró fueron transmitidas directamente a altos responsables del gobierno ruso.

Earnest se negó en principio a especular sobre las razones de Moscú para tomar la decisión, pero subrayó que el número de sanciones impuestas a Rusia debido a su apoyo a los separatistas en el este de Ucrania ha tenido un “impacto significativo en su economía”.

“Entonces no es realmente una sorpresa que Rusia pueda estar desesperado por generar ingresos”, siguió. “Pienso que la voluntad de Rusia de lanzarse en una transacción controvertida como esta muestra que su economía está debilitada”, añadió.

El presidente ruso, Vladimir Putin, reafirmó el jueves que la decisión de levantar la prohibición autoimpuesta de vender a Irán las baterías antiaéreas S-300 se justificaba por la conclusión de un acuerdo el 2 de abril entre Teherán y las potencias occidentales sobre el programa nuclear iraní.

Israel había reaccionó de inmediato al anuncio de Moscú: el primer ministro Benjamin Netanyahu expresó su preocupación a Putin ante la iniciativa que, según él, aumentará la “agresividad” de Irán en la región.

Teherán indicó que espera recibir las baterías antiaéreas rusas este año.