El alcalde de Penco afirmó que el problema de la contaminación que emite Vidrios Lirquén es culpa del sistema más que de la empresa. Mientras que los vecinos se mostraron preocupados por las emisiones que reciben todos los días las 24 horas.

El reconocimiento de la autoridad medioambiental de que Vidrios Lirquén es la empresa que más contamina en todo el Gran Concepción, incluso por sobre las termoeléctricas y otras grandes plantas industriales, no es nuevo para los habitantes de Penco.

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La impresionante emanación de la chimenea de la empresa que fabrica vidrio y espejos, les acompaña por décadas y no está, sin embargo, fuera de norma. En la comuna preocupa la afectación a la salud, que según Rumualdo Sáez, presidente de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos, llega más directamente a la gente que vive en los cerros.

Los habitantes temen por los 250 empleos que hay en la planta, si se le llegara a obligar a implementar un sistema de reducción de emisiones. Plantean también que si la empresa se abasteciera de gas natural con el proyecto Octopus bajaría notablemente sus índices de contaminación.

El alcalde de Penco, Víctor Hugo Figueroa, fue más cauto en sus críticas, las aleja de la industria y las dirige contra las autoridades que deben fiscalizar y contra el Estado, que permite que una empresa funcione en estas condiciones.

De acuerdo a la primera autoridad comunal, Vidrios Lirquén, que se niega a implementar filtros que bajarían sus emisiones, tampoco ha tenido en mucho tiempo acciones de aporte a la comunidad donde se emplaza.

Sólo este año, según el alcalde, ha iniciado un proceso de acercamiento y de vincularse más directamente con la comuna, la llamada “política del buen vecino” que Vidrios Lirquén estaría buscando implementar.