La diversidad geográfica hace de nuestro país un lugar único en el mundo: extensas playas, bosques, nieve y volcanes motivan que Chile sea un territorio digno de ser estudiado.

Por todo lo anterior es que también estamos expuestos a fenómenos naturales como los de los últimos meses, entre los cuales ha causado impacto la erupción del volcán Villarrica, en la región de La Araucanía.

La lava expulsada por el macizo durante la madrugada del 3 de marzo causó conmoción en la población que vive alrededor de la imponente montaña. Aquella noche la belleza que la caracteriza ahuyentó a extranjeros que llegan a la zona para ascender hasta las cercanías de su cráter.

Chile posee una columna hacia el Este conocida como la Cordillera de Los Andes, la cual crea una pared de norte a sur en la que encontramos volcanes que por sus particulares características han sido objeto de estudios y circuitos turísticos, haciendo parecer que subir a estos parezca un privilegio.

Los peligros de los volcanes son desconocidos para muchas personas. en nuestro país existen diferentes ciudades que se emplazan a los pies de los macizos, que muchas veces representan el silencio de una amenaza, tal es el caso de Chaitén.

Francisco Negroni | Agencia UNO

Francisco Negroni | Agencia UNO

Los volcanes y sus peligros

Los peligros “constantes” de los volcanes son desconocidos para la mayoría de las personas. Es importante saber que están presentes durante todo momento, y no sólo cuando se desencadena una erupción.

Una de sus mayores amenazas son los gases que se expulsan a la atmósfera de forma continua, a pesar que no se ven emanaciones desde los cráteres, éstos salen por grietas del subsuelo a través de lo que conocemos como fumarolas.

Según el documento del Servicio Geológico de Estados Unidos, “¿Cuáles son las amenazas o peligros volcánicos?“, los gases más comunes emanados desde estas montañas, son el bióxido de carbono, el bióxido de azufre, al anhídrico sulfhídrico y el flúor.

Ahora bien, el peligro de estos compuestos no es por igual, por ejemplo, el bióxido de carbono se caracteriza por ser más pesado que el aire, por lo cual puede mantenerse en áreas bajas en “concentraciones letales para la gente y los animales”.

Mientras que el flúor se absorbe por las cenizas volcánicas que caen sobre el suelo, existiendo la posibilidad de envenenar el ganado que se alimenta de los pastos que hay en los campos.

Volcán Chaitén | Agencia UNO

Volcán Chaitén | Agencia UNO

Pero los gases volcánicos no son los únicos peligros, ya que también se producen columnas y nubes eruptivas, flujos y domos de lava, deslizamientos y derrumbes volcánicos, flujos piroclásticos, deslizamientos o derrumbes volcánicos y lahares.

Con respecto estas amenazas, Cristian Farías, físico y quien actualmente cursa el doctorado de Geofísica en la Universidad Bonn de Alemania, explica que la “ocurrencia de lahares, derrumbes, aluviones, contaminación del aire y del suelo, y los flujos piroclásticos, se cuentan entre los peligros que un volcán trae a una población cercana, en general”.

El profesional asegura que “en el caso de nuestros volcanes, los lahares suelen ser lo más peligroso para la población. Esto, debido a la cantidad de hielo que se derrite durante las erupciones, que viaja por los cauces naturales de evacuación del volcán, que suelen estar bastante cerca de donde vive gente”.

Consecuencias de una erupción

Una de las cosas que atemoriza a las personas es la lava expulsada en los flujos eruptivos, haciendo parecer que quemará todo a su paso, sin embargo, esto es lo menos dañino de un volcán.

Farías, señala que “la verdad es que es de lo menos peligroso en una erupción. De hecho, si tienes grandes flujos de lava, la erupción es menos explosiva, y el daño que produce la erupción sobre el entorno es mucho más localizado. Los problemas más grandes ocurren cuando las erupciones son muy explosivas, lo que se ve reflejado en grandes columnas de ceniza lanzadas al cielo, alcanzando alturas de varios kilómetros”.

En la reciente erupción del volcán Villarrica, uno de los puntos que preocupó a la población fue la “semi obstrucción” que presentó el conducto, lo que hacía parecer que un próximo pulso eruptivo sería mucho peor.

Al respecto, el físico explica que esta situación depende del volcán y “su historia eruptiva”.

“Cuando se tienen volcanes cuyo magma es muy viscoso, de manera que tiene una tendencia a registrar erupciones muy explosivas, un “tapón” en su cráter puede ayudar a que se acumule mucha presión de gas dentro del volcán, lo que puede ser muy desastroso, como lo que se vio en el Monte Santa Elena, en Estados Unidos”, señala.

Sin embargo, asegura que este tipo de situaciones no siempre ocurre, “el volcán Lonquimay, por ejemplo, tuvo su cráter tapado para su erupción de 1988, de modo que el magma salió a la superficie por otra vía, un cono secundario, pero la erupción, si bien fue violenta y generó daños en la agricultura y ganadería de la zona, no generó una catástrofe como la del Monte Santa Elena”.

En este mismo sentido, Andrés Escare, director de Geología de la Universidad del Desarrollo, explica que “El ejemplo más claro en Chile de este fenómeno que afortunadamente no ocurrió, pero que dada la magnitud de la erupción se esperaba es el del volcán Chaitén, en donde se desalojó a la localidad por el riesgo que corría ante una eventual nube ardiente y efectos del taponeo que se generó de éste”.

Sismos y su relación con actividad de los volcanes

Uno de los temas que las personas han comentado, es la relación que los sismos podrían tener con la actividad de los volcanes, sobre todo luego de que ambos fenómenos naturales se presentaran durante las últimas semanas en la zona centro sur de Chile.

Cristian Farías, explica que al parecer los movimientos telúricos estarían vinculados a los flujos eruptivos que presentan los volcanes, señalando que “existe evidencia que muestra actividad volcánica después de grandes terremotos”.

“Los registros muestran volcanes reaccionando a un terremoto inmediatamente después de que las ondas pasan por la zona, hasta varios años después del terremoto. Y así como hay ejemplos de volcanes reaccionando a terremotos ubicados a menos de 200 kilómetros de distancia, se ha registrado un aumento en la actividad en volcanes localizados a más de 2000 kilómetros”, asevera.

Francisco Negroni | Agencia UNO

Francisco Negroni | Agencia UNO

El profesional agrega que en la actualidad se desconoce las causas de por qué esto ocurre, por lo cual no es un tema cerrado para los geólogos. “En general se acepta que un terremoto puede inducir un aumento en la actividad volcánica de la región”, indicó.

Mientras que el director de Geología de la UDD, asegura que “la subducción de la Placa Nazca bajo la Placa Sudamericana es la causante de estos fenómenos. Es común que las erupciones volcánicas generen una sismicidad en el área donde se produce la erupción”.

Mitos y Mentiras

Existen mitos y mentiras sobre los volcanes que se han alimentado durante los años en Chile. Historias que atemorizan a las personas, que encuentran en estos relatos una lógica explicación a lo que se cuenta.

En la Región del Bío Bío, existe el mito sobre un volcán submarino en Penco. De acuerdo a la información de las personas, estaría ubicado en la bahía, mientras que la arena de la playa y las piedras del lugar, serían producto de las erupciones que éste presentó alguna vez.

Andrés Escare, es tajante en aseverar que “no existe un volcán submarino en Penco. Las arenas negras o gris oscuras provienen del volcanismo que ocurre en la cordillera de los Andes y son acarreadas por el río Bío Bío”.

Mientras tanto, Cristian Farías explica que “dada la geología de la zona, y su ubicación, cerca del límite entra la Placa de Nazca y la Sudamericana, yo diría que eso es un mito sin base en la realidad”.

Penco | Felipe Díaz | Agencia UNO

Penco | Felipe Díaz | Agencia UNO

Ambos especialistas coinciden en que no existen volcanes submarinos en nuestro país, sin embargo, aclaran que frente a las costas de Valparaíso, específicamente la Isla de Juan Fernández, se encuentra la dorsal conocida por este mismo nombre, la cual es una cadena de magma que en la actualidad se encuentra inactiva.

Escare explica que “el vulcanismo que formó el Archipiélago de Juan Fernández responde a otro fenómeno que origina parte del vulcanismo submarino que se denominan ‘Puntos Calientes’”.

Megaerupciones

Uno de los temas que es estudiado por los profesiones y que alimenta las conversaciones de las personas, son las erupciones de grandes magnitudes que puede generar un volcán, las cuales se cuentan, podrían ocasionar severos problemas a la sociedad.

Durante algunos días se comentó sobre una nueva posible megaerupción del volcán Tambora en Indonesia, como la ocurrida en 1816 y que ocasionó el conocido “año sin verano” de Europa y que además afectó el clima del planeta.

La publicación del artículo, que generó preocupación en la gente, da cuenta sobre la advertencia de científicos a la humanidad por este fenómeno y la inminencia de una megaerupción.

Ante la duda de la posibilidad de que esto pueda suceder, consultamos a ambos especialistas para poder despejar las interrogantes.

Cristian Farías, explica que es posible que nuevamente ocurra este fenómeno, asegurando que lo correcto es preguntarse si estamos preparados para tal magnitud de erupción.

Mientras que Andrés Escare, indica que no existe manera de conocer cuándo ocurrirán estas megaerupciones.

“Es impredecible. Si bien existen registros históricos de grandes erupciones como la de éste volcán y sus consecuencias en los asentamientos y actividades humanas, no podemos afirmar que ello ocurra con la misma, menor o mayor intensidad”, asevera.

Tener en cuenta los peligros de los volcanes es muy importante, considerando que Chile tiene un gran porcentaje de población viviendo en las cercanías de estas montañas, por lo que lo esencial es que las personas estén preparadas para esta clase de fenómenos.