Atención: Esta nota contiene spoilers de la trama de El Sultán. Si no quieres enterarte, te recomendamos no seguir leyendo.

La serie El Sultán es uno de los programas más vistos en Canal 13. La historia del gran Suleiman I ha cautivado a los chilenos por su factura y su trama.

Uno de los personajes que más da que hablar en las redes sociales es Hürrem, la esposa del monarca, quien suele tener estrategias de todo tipo para lograr sus propósitos. Aunque la producción intenta apegarse lo más posible a la historia real, existen varios detalles que la ficción tuvo que alterar.

 Rossa Solymanni uxor

Rossa Solymanni uxor

La sultana Hürrem nació en 1504 en el seno de una familia muy pobre en Rohatyan, zona pertenecía a Polonia -actualmente Ucrania-. Su nombre real era Alexandra Anastasia Lisovska, pero fue apodada como Rosselana, Roxelane, Roxolana, Rossa y Ruziak, por su cabello pelirrojo y porque varios pensaban que venía de Rusia.

Desde muy pequeña conoció el sufrimiento debido a los maltratos de los amos de su madre, quien era una esclava. A los 16 años fue raptada por los tártaros y llevada a Estambul, donde fue vendida junto a otros esclavos al harén de Suleiman. Allí comenzó a trabajar como odalisca, la posición más baja en el palacio, sin embargo, debido a su belleza y astucia llamó la atención de Ayse Hafsa Sultana, madre de Suleiman y esposa del entonces sultán Selim I.

Hafsa decidió educarla y le enseñó varios talentos como canto, cocina, bordado, danza, además de idiomas como turco, persa, griego y algo de hebreo.

La joven comenzó a despertar la envidia en las otras mujeres del harén, quienes en su mayoría eran cristianas que habían sido regaladas al monarca. Ellas le dieron el nombre de Hürrem, que significa “la risueña”, gracias a su buen humor y habilidades para poder contar cuentos.

Ese mismo año muere Selim I y asume Suleiman I, quien en ese momento estaba casado con Mahidevran Gulbehar, una princesa de Crimea y sobrina de Hafsa.

Suleiman

Suleiman

A pesar que Mahidevran se convirtió en la madre del primogénito del Sultán -lo cual le permitió ser la favorita dentro del harén-, tía y sobrina no se llevaban bien, por lo que Hafise presentó a Suleiman y Hürrem. Como se ve en la teleserie, el monarca cae rendido a los pies de la esclava, quien usa todos sus encantos para enamorarlo y convertirse en una de las preferidas de líder.

La relación entre las dos mujeres no fue de las mejores, de hecho tuvieron grandes enfrentamientos. El peor de ellos terminó con el rostro de Hürrem completamente arañado por causa de la pelea. Sin embargo, cuando el Sultán se enteró de lo ocurrido, la pelirroja se echó la culpa argumentando que Mahidevran era su esposa legal, en cambio ella era sólo una esclava. A pesar de esto, el Sultán expulsó a la princesa del palacio y la envió a vivir lejos junto al hijo de ambos.

Este incidente hizo que Suleiman decidiera liberar a Hürrem y convertirla en su mujer. Patrick Kinross en su libro The Ottoman Centuries: The Rise and Fall of the Ottoman Empire, señala que la ley musulmana permitía que cada Sultán tuviese cuatro esposas, pero nunca antes una concubina se había convertido en la esposa legal de un monarca. A partir de ese momento, Hürrem asumió el control del harén y tuvo una fuerte presencia en las políticas de estado de su marido.

Enemigos

Tal como se puede ver en la producción que emite Canal 13, otro personaje que también habría sufrido por la ambición de Hürrem fue el gran visir Ibrahim Pasha, quien además era cuñado y amigo de la infancia de Suleiman, por lo que tenía una gran poder en él.

La enorme influencia y riqueza que logró el Visir en sus trece años al servicio del Sultanato, hizo que comenzaran a sonar fuertes rumores de un abuso de poder, incluso se dijo que se había otorgado a sí mismo el título de serasker sultan , lo que fue considerado como una grave afrenta contra el Sultán, según señala el historiador

Para muchos, estos rumores fueron echados a correr por Hürrem, quien pretendía tener una influencia total sobre esposo. Finalmente el monarca mandó a ejecutar a su mano derecha.

Hürrem y Mihrimah | El Sultán

Hürrem y Mihrimah | El Sultán

Otra lucha que tuvo que dar la mujer fue para salvar la vida de sus hijos -La pareja se convirtió en padres de cinco niños, Mehmed, Abdullah, Bayezid, Cihangir, Mihrimah y Selim II-. La Sultana se propuso que uno de ellos debía convertirse en el sucesor de Suleiman, esto debido a que la tradición otomana dictaba que tras las ascensión de un nuevo líder, los hermanos del nuevo Sultán debían ser estrangulado para evitar luchas de poder.

Con esto en mente, Hurrem y Rüstem Pasha -esposo de Mihrimah y reemplazo de Ibrahim- comenzaron a crear intrigas y complot contra Mustafá, primogénito del Sultán y heredero natural del monarca. Ambos hicieron que los aliados del hijo de Mahidevran le dieran la espalda, para luego acusarlo de conspirar para asesinar a Suleiman, quien a su pesar mandó a ejecutar al joven príncipe.

Sultana Hürrem

Tras estos dos acontecimientos, Hürrem acumuló una gran influencia sobre su marido, y a pesar que nunca ejerció un cargo público, ayudó a dirigir la política exterior del Imperio.

Además de su labor política en las sombras, Hürrem también destacó por su trabajo como mecenas de un gran número de artistas, y realizó importantes obras públicas desde La Meca a Jerusalén entre las que destacan la construcción de una mezquita, dos escuelas y un hospital para mujeres cerca del mercado de esclavos de mujeres (Avret Pazary) en Constantinopla.

Suleiman | El Sultán

Suleiman | El Sultán

Rompiendo otra tradición Suleiman permitió que Hürrem viviera en palacio junto a él hasta el último día de su vida, algo que tampoco había ocurrido antes, ya que cuando los herederos alcanzaban la mayoría de edad debían irse del harén junto a su madre para gobernar alguna provincia del Imperio.

La Sultana Hürrem murió en 1558 a los 55 años. Fue enterrada en un mausoleo mandado a construir por el Sultán junto al suyo y situado en la parte trasera de su Mezquita en Estambul.

Ocho años después Suleiman también falleció, según muchos, por la pena de haber perdido a su amada. Nunca volvió a casarse o estar con otra mujer.

Con el seudónimo de Muhibbi, Soleimán solía regalar hermosos poemas de amor a su mujer, entre los que se han podido rescatar se encuentra el siguiente:

“Trono de mi mihrab solitario, mi bien, mi amor, mi luna.
Mi amiga más sincera, mi confidente, mi propia existencia, mi sultana, mi único amor.
La más bella de las bellas…
Mi primavera, mi amada de cara alegre, mi luz del día, mi corazón, mi hoja risueña…
Mi flor, mi dulce, mi rosa, la única que no me turba en este mundo…
Mi Estambul, mi Caraman, la tierra de mi Anatolia
Mi Badakhshan, mi Bagdad y mi Khorasan
Mi mujer de hermosos cabellos, mi amada de ceja curvada, mi amada de ojos peligrosos…
Cantaré tus virtudes siempre
Yo, el amante de corazón atormentado, Muhibbi con los ojos desbordados de lágrimas, yo soy feliz.”