La famosa ciruela pasa francesa de Agen padece en el mercado mundial la competencia chilena, y a punto estuvo de desaparecer, lo que obligó a los agricultores del sudoeste de Francia a lanzar un plan de modernización y reconquista.

“Nos mirábamos el ombligo, nos creíamos muy guapos”, asegura el productor y agricultor Patrick Léger, que cubre con la mirada los árboles de los valles de Lot-et-Garonne, ondulantes bajo los flores blancas de los ciruelos de Ente, única variedad validada por la IGP (Indicación Geográfica protegida) de la ciruela pasa de Agen.

“En los años 90 los chilenos llegaron aquí, se llevaron nuestros conocimientos y nuestros mercados, con precios muy inferiores ¡Y nosotros nos reíamos! Casi desaparecemos…” recuerda.

El tamaño medio de una explotación agrícola es aquí de 15 a 20 hectáreas (y la cosecha de 45.000 toneladas). En cambio en Chile, superan las 300 hectáreas. “¡Al lado somos jardineros!”. En algunos años, los chilenos han superado la barrera de las 80.000 toneladas producidas, justo detrás de California (100.000 t).

Pero la ciruela pasa californiana está dirigida más bien al mercado norteamericano, mientras la chilena mira hacia los mercados europeos: Escandinavia, Alemania, España e Italia.

“Incluso intentan vender en Argelia”, mercado reservado hasta ahora a los franceses con ventas de 2 a 5.000 t por año, se queja el productor. “Pero sus frutos eran demasiado pequeños” dice.

Tiempos difíciles

De 2009 a 2013, las 1.400 explotaciones agrícolas de ciruelos de Agen viven tiempos difíciles. El sector representa unos 10.000 empleos en una región ávida de trabajo, enfrentada a serios problemas.

Como reacción, se ha lanzado un Plan de reconquista de la competitividad (PRC) en el que se depositan todas las esperanzas. “El objetivo es profesionalizar el oficio, con un plan de renovación de los huertos” indica Jacques Pomies, presidente de la Oficina interprofesional de la ciruela pasa, el BIP.

Este invierno boreal se han plantado 250 nuevas hectáreas, y “el objetivo es llegar a 500 a 600 por año”.

“De una producción media de 3,5 toneladas por hectárea, queremos alcanzar 6 t/ha” explica Pomies, gracias a huertos “densificados” con hasta 400 árboles/ha contra 200/ha hoy.

Además, la densificación de los árboles permite resistir mejor a las tormentas que a menudo asolan la región, y que son cada vez más violentas debido al cambio climático.

Las dos terceras partes de los productores de ciruela pasa secan por sí mismos su cosecha en hornos de gas, durante unas 20 horas a 70°C.

Pero “en una hora de granizo se puede perder todo” indica Patrick Léger. Por ello, la mayoría de los “pruniculteurs” (productores de ciruela) diversifican su producción, en particular con las avellanas.

El plan de reconquista empieza a dar resultados, afirma Jacques Pomies: “El volumen de negocios del IGP llega hoy a 10 a 12.000 euros por hectárea. En 2013, era tres veces menos”.

Gracias a la nueva PAC (Política Agrícola Común europea), la ciruela pasa de Agen obtuvo 12 millones de euros (USD 13 millones) por año hasta 2020. “El objetivo es producir sin ayuda a partir de esa fecha” confía el presidente del BIP, que espera llegar entonces a una producción de 60.000 toneladas.