Continúan las polémicas entre el obispo de Osorno, Juan Barros y los feligreses católicos que se oponen a su investidura. Este miércoles la primera reunión entre las partes, fracasó por la excesiva presencia policial desplegada en las afueras del obispado.

Indignados se retiraron los representantes del movimiento de los Laicos Organizados que llegaron hasta las dependencias ecuménicas para poder conversar con Barros, sin embargo una vez en el lugar, la recepción fue por parte de un completo equipo policial que incluía perros, situación que los dirigentes rechazaron, declinando concretar la cita pactada hace días.

Se trataba del primer acercamiento para solicitar formalmente la renuncia del recién asumido obispo de Osorno, cuestión que no fue posible pues según Mario Vargas, representante del movimiento OLA, no hubo condiciones de respeto.

De acuerdo al relato de Vargas, el sacerdote Pedro Kliegel, quien fue citado como garante de la reunión, también se retiro ofuscado por la presencia policial.

El representante del movimiento OLA, explicó que según Barros, no fue él quien solicitó la presencia policial, cuestión a la que no dan crédito.

Para el próximo viernes se ha anunciado la marcha de los paraguas, preparando en medio de eso una declaración pública, donde definirán los pasos a seguir.