Cuando pensamos en el continente europeo, se suele relacionar el enorme fragmento de tierra con personas de tez blanca y rasgos finos con narices aguileñas. Pero según un nuevo estudio, este prototipo de personas no era el que predominaba en Europa, más bien lo hacían personas un poco más morenas.

Los resultados de una investigación realizada por la Universidad de Pensilvania, determinaron que recién hace 8.000 años el gen caucásico comenzó a expandirse por Europa. Según señaló un artículo de la revista Science, antes de ese tiempo las personas tenían una tez oscura.

Tal como reportó el diario español ABC, los estudiosos compararon 83 muestras de ADN diferentes extraídos de restos humanos encontrados en yacimientos arqueológicos europeos. Tras el análisis, los investigadores determinaron que lo que hoy se entiende como “raza” europea, es el resultado de una mezcla de tres poblaciones antiguas de cazadores y recolectores que llegaron a Europa en una serie de migraciones en los últimos 8.000 años. Entre las anteriores, destaca la cultura Yamnaya, pueblo que trajo consigo las lenguas indoeuropeas hace 4.500 años.

Europeos morenos

El estudio sustenta sus resultados en la carencia de dos genes elementales de las personas blancas: SLC24A5 y SLC45A2. Estas combinaciones genéticas, responsables de la despigmentación de la piel, no fueron encontrados en los restos de los habitantes de regiones de Europa central y meridional como España, Luxemburgo y Hungría.

Aunque no sucedía lo mismo en regiones como el sur de Suecia, en las cuales no sólo tenían dichos componentes dentro de su organismo, sino también –entre otros- un tercero (el HERC2 / OCA2) que les hacía tener los ojos azules y el pelo rubio.

Fue entonces cuando llegaron los inmigrantes desde el Cercano Oriente, quienes sí contaban con todos los genes nombrados.

Otro curioso dato entregado por el mismo estudio, delimitó que hace más de 4 mil años, los europeos no podían consumir el azúcar de la leche: su cuerpo no lo toleraba.