Ya han pasado dos semanas desde el desborde del río Copiapó y los aluviones, sin embargo las calles de la capital de la región de Atacama siguen anegadas, a pesar de que la maquinaria pesada trabaja día y noche para retirar el lodo.

Esto ocurre debido al colapso del alcantarillado, lo que ha generado que las aguas servidas rebalsan las calles con todo el olor y riesgo que esto implica para la gente.

Son 200 kilómetros de alcantarillado los que están colapsados y las autoridades de Gobierno ya perdieron la paciencia con la empresa sanitaria.

La Intendencia ofreció ayuda y camiones limpia fosas, sin embargo la empresa sanitaria Aguas Chañar está reparando a penas 500 metros por día.

Los vecinos de Atacama solicitan soluciones mucho más rápidas, ya que necesitan agua urgentemente.

Copiapó, Paipote, Los Loros, Diego de Almagro, El Salado, Inca de Oro y Chañaral están sin alcantarillado. Además, la capital de Atacama está con cortes de agua programados desde las 10:00 hasta las 16:00 horas.

En la cuenca del río Salado todo es destrucción. El enorme caudal de un río que solía ser minúsculo se llevó todo a su paso y partió en dos a Diego de Almagro y a El Salado, y terminó su violento recorrido en Chañaral.

La gente tiene miedo por los minerales y químicos que pueden contener las toneladas de barro que están en sus casas y en las calles.

La preocupación por la contaminación del barro está presente, ya que un estudio privado que se filtró desde el Comité de Emergencia Regional señalaría que algunas zonas donde se depositó el lodo estarían generando gases tóxicos para la población.

El informe fue elaborado por un privado que fue invitado al Comité y entregó un estudio que midió la cantidad de elementos químicos en el barro que depositado no sólo en las calles, sino que en miles de casas.

Según el documento que fue filtrado a un medio de comunicación escrito, señalaría que habría evidencia de arrastre de relaves.

Al respecto el intendente Miguel Vargas indicó que desconoce la fuente de información.

En pleno centro de Copiapó, vecinos de la Avenida Aguirre reclaman por el verdadero río que tienen fuera de sus casas y por la imprudencia de los automovilistas que circulan deslizando el agua hacia ellas.

Han levantado contenciones con el mismo barro que está afuera de sus veredas, pero esto poco o nada sirve para contener el agua.

El intendente de Atacama indicó que ya se están poniendo 50 vehículos especiales a disposición de las calles para limpiar los alcantarillados.

En cuanto a las casas que siguen con malos olores, cuyos habitantes no las pueden ocupar, Vargas señaló que se está pidiendo a las municipalidades y se está entregando dinero para que puedan generar cuadrillas de limpieza para desinfectar los domicilios y que las personas puedan volver a su vida normal.