La policía chocó este martes con unos 2.000 manifestantes que intentaban entrar al Congreso brasileño para protestar contra un proyecto de ley que libera la contratación de trabajadores tercerizados en cualquier actividad, tanto en el sector público como privado, constató la AFP.

La marcha en Brasilia agrupó a unas 2.000 personas, informó la policía, mientras los organizadores – la Central Única de Trabajadores (CUT) y movimientos sociales como los Sin Techo – estimaron que había unas 6.000 personas.

Los manifestantes intentaron pasar el cordón policial que impedía el acceso al Congreso Nacional y chocaron con la policía que lanzó gases lacrimógenos e intentó frenarlos con chorros de agua.

Al menos dos manifestantes resultaron heridos, dijo a la AFP la policía. Un hombre fue arrestado.

Los manifestantes vestían en su mayoría de rojo, el color del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) de la presidenta Dilma Rousseff.

El gobierno intenta que el proyecto de ley sea objeto de mayores discusiones y busca atrasar su votación, pero el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, que pertenece al PMDB (centro, aliado del PT en la coalición de gobierno pero que da señales de rebeldía) impulsa su rápida votación. Si es aprobado, pasará luego al Senado.

“Nuestro enemigo está dentro del Congreso”, gritaba con un micrófono el líder de la marcha desde un camión.

“Estamos preocupados, creemos que el proyecto va a avanzar y después dependerá de la presidenta Dilma para que lo vete. Pero ella tiene una lucha con el Congreso y no querrá agudizarla”, dijo a la AFP Hilton Marioni dos Santos, líder del sindicato de los trabajadores de agua y saneamiento (Sindaema), que llegó desde Sao Paulo para participar en la marcha.

Otras marchas más pequeñas contra la aprobación del proyecto de ley, conocido como PL 4330, tuvieron lugar en varias ciudades de Brasil.

En Sao Paulo, unas 500 personas marcharon por el centro “en defensa de los derechos de la clase trabajadora” y también contra “la privatización” de la salud.

Para los manifestantes, la aprobación del proyecto de ley, que lleva 10 años en el Congreso, sería más perjudicial que recientes medidas enviadas por el gobierno al legislativo para limitar beneficios laborales en el marco de un plan de ajuste fiscal.

El gobierno enfrenta una situación compleja en varios flancos, con nuevas protestas opositoras convocadas para el 12 de abril en un contexto de estancamiento económico e inflación en alza.

“Nosotros no estamos aquí para pedir que Dilma sea derrocada, sino para pedir diálogo. El asunto de los derechos de los trabajadores sigue vigente”, declaró a la AFP Adi dos Santos Lima, presidente de la CUT en Sao Paulo, durante la caminata en la capital económica del país. 

Según la CUT, hay 12,7 millones de trabajadores tercerizados actualmente en Brasil, un 26,8% del mercado laboral.