NUNCA recibí una respuesta de ninguna embajada, consulado o ProChile

Andrés Godoy (c)
Andrés Godoy (c)
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El destacado músico, compositor y productor, que ha realizado conciertos y master class en Europa y Asia escribe una ácida columna sobre las dificultades para trabajar y desarrollarse como artista en el país.

Texto de Andrés Godoy

¿Chile?

Hace 10 años que tengo el inmenso privilegio de, a puro ñeque, construir, puentes, redes, amigos, que me han permitido al más puro estilo “Circo Chamorro” entrar en un circuito que me ha llevado a ser parte de innumerables invitaciones a festivales, conciertos, master class y charlas, en Estados Unidos, Canadá, muchas ciudades de Europa (Alemania, Italia, Bélgica, Francia, etc.) y muchísimas de Asia (China, Japón, Taiwan, Hong Kong, Malasia, etc).

Cada vez que viajé, con mucha anticipación, escribí mails a las embajadas y oficinas pertinentes de Chile en esos países, a embajadores, cónsules, encargados de cultura, secretarias, porteros de cada una de estas oficinas que nos representan en el extranjero y a la que le llaman “política diplomática exterior”.

Cada vez que les escribí lo hice con anticipación suficiente, incluso en varias ocasiones dado que no tenía respuesta, insistí re-enviando.

Nunca, léase bien, NUNCA, recibí una respuesta de ninguna embajada, consulado o ProChile.

Todo lo que escribí en aquellos mails era simplemente entregar la información de que estaría de visita tocando, o realizando un concierto o alguna master class y que sería interesante compartir con la comunidad chilena con la que ellos tuvieran relación, con objeto de profundizar la intención de ofrecer una imagen de Chile desde el ámbito de la cultura y la calidad artística que desborda de norte a sur. Lo he visto. En mi humilde proyecto “Compartiendo Experiencia”, lo he vivido en escuelas municipalizadas en donde los baños dan asco y las salas de clases no tienen vidrios. En varias de esas “escuelas” me he maravillado escuchando niños entre 9 y 12 años haciendo música, tocando instrumentos, soñando. Sería interesante, por ejemplo, que esas embajadas, que cada una de ellas tuviera una responsabilidad, un compromiso de construir nexos e intercambio. Pero el único intercambio desarrollado es el del aseguramiento personal, político y de seguir vendiendo la imagen de que somos un país de cobre, kiwis y salmón.

A dichas embajadas, consulados y ProChile, nunca pedí trato o apoyo especial, ni alfombra roja.

Recientemente estuve en Buenos Aires y fue idem.

¿Quiénes trabaja en las embajadas, en los consulados, en ProChile? ¿Trabajan?. ¿Qué hacen? ¿A qué hora lo hacen?

Debo aclarar que mi intento fue el encuentro, la reflexión, no fue solicitar lugares para tocar, menos aún pedir recursos. He tenido la fuerza y la convicción, desde hace muchos años, para ser independiente, para auto-gestionarme. Mi universidad es la del Circo Chamorro.

Creo que publicaré un libro poético y surrealista con estos mails en donde verán que todas las respuestas de estos nobles representantes de Chile en el extranjero siempre fueron… cri, cri, cri, cri…

Si escribí a embajadas y consulados y ProChile, era para encontrarnos, porque de algún modo también yo soy un embajador de Chile en el extranjero, aunque nadie me ha dado ese título.

Represento una pequeña parte de un quehacer del arte de Chile, de una forma de autogestión que tiene el valor de ser independiente y construir puentes, redes. Pero soy embajador de los obreros de la música, represento el trabajo artesanal de una voluntad, de un carácter, de un modo de ser de ciertos chilenos que no se rinden y que tienen por horizonte la cultura, la belleza, compartir.

Las catástrofes siempre son para los pobres, para los que pierden todo. Las hienas del modelo de consumo instalado desde el origen de Chile, consolidado con los terratenientes que se repartieron la tierra a principios del 1800, hasta Pinochet y todas estas vergonzosas y falsas democracias que le han hecho el juego a los grandes poderes. Políticos, jueces, empresarios, medios de comunicación vendidos al sistema, todos serviles al único interés, que ven en la humanidad el dinero y sus derivados.

Y como saben que todo interés deja una ganancia, aprovechan la tragedia del pueblo para sacar aún más provecho. Haciendo como que dan, haciendo como que les duele. Haciendo como que están tristes, haciendo campañas de solidaridad, haciendo, haciendo, haciendo, haciendo puro teatro. Puro teatro y del peor, del perverso, del que saca ventaja del dolor, el teatro de la solidaridad. Ministros, gente de tv, cuento calcado.

No me sorprende que Chile no acepte la ayuda humanitaria de Bolivia. Es más Chile no le compra petróleo a Argentina, o Peru, que son nuestros vecinos y que por tanto beneficiaría el crecimiento y progreso de la región y Chile podría obtener mejores precios para bajar la bencina y cuando baja la bencina, baja el pan. No, Chile compra Petróleo en Malasia, en Finlandia. Chile no hace acuerdos con los vecinos porque ahora los miramos en menos, nos creemos ingleses, nos cuentan a cada rato, con estadísticas falsas que Chile está a un paso de salir de la pobreza y entrar al mundo del primer mundo.

¿En quiénes nos hemos transformado? ¿Y a qué tipo de imbéciles les hemos permitido que nos gobiernen? Los imbéciles somos nosotros. La educación, la escuela, los fundamentos de toda esta basura que nos toca vivir está en el plan “formador” donde nos prepararon para la sumisión, para agachar la cabeza, para hacernos los lesos, para aceptar cualquier aberración económica, social, cultural sin patalear. ¿Cómo es que aguantamos inequidades como las Afps, educación de lucro y mala, un Transantiago que es una verguenza mundial, un puente Cau Cau que es para la risa mundial, incendios que intentan apagarlos con cucharas de té, que son un chiste mundial? Terremotos que dejan al desnudo nuestra categoría de tercer mundo. ¿Cómo es posible que Chile, siendo un país de terremotos, de avalanchas, de incendios, etc, no tenga sistemas de prevención que funcionen? Las universidades, entre las muchas carreras que imparten, está la de Prevención de Riesgos ¿Es que acaso todos aquellos jóvenes ingenieros y técnicos son subnormales? ¿Dónde está el problema?

Y la presidenta, la mamita de Chile, permite que su hijito mimado haga los negocios y arreglines con el descaro de un anormal.

Y después viene ella muy peinadita y acongojada para decir que no sabía nada. ¿Quién le va a creer el cuento de la “comisión” para la regulación entre dinero y política? ¿Quién va a creer la reforma laboral, la reforma educacional? Plop. Condorito, por favor ven a salvarnos.

Udi, Rn, Dc, Ps, Pc, todos juntos al guater, al water…

Los artistas en Chile vivimos permanentes terremotos, tsunamis, aluviones y cada día tenemos que levantarnos y seguir adelante creyendo en la fuerza de nuestro arte. Vemos como todos los medios de comunicación se rinden y se abren de pata ante cualquier cosa buena o mala que venga de afuera. Y cuando eso ocurre, un artista chileno no se difunde, no toca, no suena en la radio, ni está en ninguna noticia. Es que los artistas Chilenos no somos noticia de nada. Estamos en el escalafón cero.

Por eso Matta, se largó, lo mismo Arrau, y la Viola querida se disparó. Y Bolaños decidió parar sus chalas en otro lado. Para qué seguir en un Chile sordo y ciego del espíritu.

Chile ¡¡despierta!!

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El destacado músico, compositor y productor, que ha realizado conciertos y master class en Europa y Asia escribe una ácida columna sobre las dificultades para trabajar y desarrollarse como artista en el país.

Texto de Andrés Godoy

¿Chile?

Hace 10 años que tengo el inmenso privilegio de, a puro ñeque, construir, puentes, redes, amigos, que me han permitido al más puro estilo “Circo Chamorro” entrar en un circuito que me ha llevado a ser parte de innumerables invitaciones a festivales, conciertos, master class y charlas, en Estados Unidos, Canadá, muchas ciudades de Europa (Alemania, Italia, Bélgica, Francia, etc.) y muchísimas de Asia (China, Japón, Taiwan, Hong Kong, Malasia, etc).

Cada vez que viajé, con mucha anticipación, escribí mails a las embajadas y oficinas pertinentes de Chile en esos países, a embajadores, cónsules, encargados de cultura, secretarias, porteros de cada una de estas oficinas que nos representan en el extranjero y a la que le llaman “política diplomática exterior”.

Cada vez que les escribí lo hice con anticipación suficiente, incluso en varias ocasiones dado que no tenía respuesta, insistí re-enviando.

Nunca, léase bien, NUNCA, recibí una respuesta de ninguna embajada, consulado o ProChile.

Todo lo que escribí en aquellos mails era simplemente entregar la información de que estaría de visita tocando, o realizando un concierto o alguna master class y que sería interesante compartir con la comunidad chilena con la que ellos tuvieran relación, con objeto de profundizar la intención de ofrecer una imagen de Chile desde el ámbito de la cultura y la calidad artística que desborda de norte a sur. Lo he visto. En mi humilde proyecto “Compartiendo Experiencia”, lo he vivido en escuelas municipalizadas en donde los baños dan asco y las salas de clases no tienen vidrios. En varias de esas “escuelas” me he maravillado escuchando niños entre 9 y 12 años haciendo música, tocando instrumentos, soñando. Sería interesante, por ejemplo, que esas embajadas, que cada una de ellas tuviera una responsabilidad, un compromiso de construir nexos e intercambio. Pero el único intercambio desarrollado es el del aseguramiento personal, político y de seguir vendiendo la imagen de que somos un país de cobre, kiwis y salmón.

A dichas embajadas, consulados y ProChile, nunca pedí trato o apoyo especial, ni alfombra roja.

Recientemente estuve en Buenos Aires y fue idem.

¿Quiénes trabaja en las embajadas, en los consulados, en ProChile? ¿Trabajan?. ¿Qué hacen? ¿A qué hora lo hacen?

Debo aclarar que mi intento fue el encuentro, la reflexión, no fue solicitar lugares para tocar, menos aún pedir recursos. He tenido la fuerza y la convicción, desde hace muchos años, para ser independiente, para auto-gestionarme. Mi universidad es la del Circo Chamorro.

Creo que publicaré un libro poético y surrealista con estos mails en donde verán que todas las respuestas de estos nobles representantes de Chile en el extranjero siempre fueron… cri, cri, cri, cri…

Si escribí a embajadas y consulados y ProChile, era para encontrarnos, porque de algún modo también yo soy un embajador de Chile en el extranjero, aunque nadie me ha dado ese título.

Represento una pequeña parte de un quehacer del arte de Chile, de una forma de autogestión que tiene el valor de ser independiente y construir puentes, redes. Pero soy embajador de los obreros de la música, represento el trabajo artesanal de una voluntad, de un carácter, de un modo de ser de ciertos chilenos que no se rinden y que tienen por horizonte la cultura, la belleza, compartir.

Las catástrofes siempre son para los pobres, para los que pierden todo. Las hienas del modelo de consumo instalado desde el origen de Chile, consolidado con los terratenientes que se repartieron la tierra a principios del 1800, hasta Pinochet y todas estas vergonzosas y falsas democracias que le han hecho el juego a los grandes poderes. Políticos, jueces, empresarios, medios de comunicación vendidos al sistema, todos serviles al único interés, que ven en la humanidad el dinero y sus derivados.

Y como saben que todo interés deja una ganancia, aprovechan la tragedia del pueblo para sacar aún más provecho. Haciendo como que dan, haciendo como que les duele. Haciendo como que están tristes, haciendo campañas de solidaridad, haciendo, haciendo, haciendo, haciendo puro teatro. Puro teatro y del peor, del perverso, del que saca ventaja del dolor, el teatro de la solidaridad. Ministros, gente de tv, cuento calcado.

No me sorprende que Chile no acepte la ayuda humanitaria de Bolivia. Es más Chile no le compra petróleo a Argentina, o Peru, que son nuestros vecinos y que por tanto beneficiaría el crecimiento y progreso de la región y Chile podría obtener mejores precios para bajar la bencina y cuando baja la bencina, baja el pan. No, Chile compra Petróleo en Malasia, en Finlandia. Chile no hace acuerdos con los vecinos porque ahora los miramos en menos, nos creemos ingleses, nos cuentan a cada rato, con estadísticas falsas que Chile está a un paso de salir de la pobreza y entrar al mundo del primer mundo.

¿En quiénes nos hemos transformado? ¿Y a qué tipo de imbéciles les hemos permitido que nos gobiernen? Los imbéciles somos nosotros. La educación, la escuela, los fundamentos de toda esta basura que nos toca vivir está en el plan “formador” donde nos prepararon para la sumisión, para agachar la cabeza, para hacernos los lesos, para aceptar cualquier aberración económica, social, cultural sin patalear. ¿Cómo es que aguantamos inequidades como las Afps, educación de lucro y mala, un Transantiago que es una verguenza mundial, un puente Cau Cau que es para la risa mundial, incendios que intentan apagarlos con cucharas de té, que son un chiste mundial? Terremotos que dejan al desnudo nuestra categoría de tercer mundo. ¿Cómo es posible que Chile, siendo un país de terremotos, de avalanchas, de incendios, etc, no tenga sistemas de prevención que funcionen? Las universidades, entre las muchas carreras que imparten, está la de Prevención de Riesgos ¿Es que acaso todos aquellos jóvenes ingenieros y técnicos son subnormales? ¿Dónde está el problema?

Y la presidenta, la mamita de Chile, permite que su hijito mimado haga los negocios y arreglines con el descaro de un anormal.

Y después viene ella muy peinadita y acongojada para decir que no sabía nada. ¿Quién le va a creer el cuento de la “comisión” para la regulación entre dinero y política? ¿Quién va a creer la reforma laboral, la reforma educacional? Plop. Condorito, por favor ven a salvarnos.

Udi, Rn, Dc, Ps, Pc, todos juntos al guater, al water…

Los artistas en Chile vivimos permanentes terremotos, tsunamis, aluviones y cada día tenemos que levantarnos y seguir adelante creyendo en la fuerza de nuestro arte. Vemos como todos los medios de comunicación se rinden y se abren de pata ante cualquier cosa buena o mala que venga de afuera. Y cuando eso ocurre, un artista chileno no se difunde, no toca, no suena en la radio, ni está en ninguna noticia. Es que los artistas Chilenos no somos noticia de nada. Estamos en el escalafón cero.

Por eso Matta, se largó, lo mismo Arrau, y la Viola querida se disparó. Y Bolaños decidió parar sus chalas en otro lado. Para qué seguir en un Chile sordo y ciego del espíritu.

Chile ¡¡despierta!!