Pese a una reciente veda de 15 días, el promedio de talla que presenta actualmente la sardina en la región es de 7,5 a 7,8 centímetros, uno menos que lo necesario para permitir su captura.

A esta pesquería se dedican más de 600 embarcaciones artesanales de la región. La mitad de ellas pudieron trabajar en los 10 días de exclusividad que le da la ley a las naves no tecnificadas. El resto, lanchas de 15 a 18 metros de eslora y con tripulaciones de hasta 10 personas, no han podido salir aún.

Pese a que la Subsecretaría de Pesca decidió dividir a la región en cuatro grandes zonas, con la idea de que las mediciones por sectores permitieran abrir la captura donde el recurso estuviese de mejor tamaño, esto no ha podido concretarse por que los promedios no dan, la sardina chica sigue abundante.

Se optó entonces por hacer zonificaciones más pequeñas. Lilian Troncoso, directora zonal de la subpesca, cree que esto permitirá abrir esta semana algún sector de la región a la captura de toda la flota artesanal.

Las capturas durante los 10 días de levantamiento de la veda alcanzaron a 24 mil toneladas, según explicó Marta Araneda, directora regional de Sernapesca, el organismo que fiscaliza los desembarques.

Todavía quedan cerca de 200 mil toneladas de sardina y anchoveta para extraer en la región, cuota a la que los artesanales tecnificados esperan acceder cuanto antes puesto que no han tenido ingresos este año. No así la flota industrial, que opera en macrozonas y sí ha podido capturar en otras regiones.