Mientras muchos padres viven el estrés de los procesos de admisión escolar, en Chile numerosas familias educan a sus hijos en casa. Especialista de la U. del Pacífico analiza los pros y contras de esta educación no tradicional.

En Chile no existen estadísticas oficiales respecto a cuántos niños estudian en sus casas para luego regularizar su escolaridad mediante exámenes libres, pero se estima que en Estados Unidos son más de un millón y medio quienes estudian en este formato “puertas adentro” conocido como homeschooling, cifra que va con una clara tendencia al alza durante los últimos años.

Y es que esta idea de educar a los hijos en casa, apoyados por sus padres y sin enviarlos al colegio, también está siendo cada vez más común en países como Australia, Canadá, España y Reino Unido.

Aunque en Chile está permitido legalmente, para la docente de la escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, Guila Sosman, optar por no enviar a los niños al colegio para que los mismos padres los eduquen en el hogar, tiene tanto elementos positivos como negativos.

“Como puntos positivos se puede establecer que existe un gran compromiso de parte de los padres que optan por esto, lo que implica una educación más individualizada, que responde a la particularidad de ese niño, lo que hace una clara diferencia con los colegios, donde hay un gran número de alumnos por sala y se aplica la misma metodología y contenidos para todos”, destaca.

Guila Sosman indica, además, que esta opción brinda a los niños y niñas la oportunidad de estudiar en un contexto seguro. “Están protegidos de varias eventualidades, como es el contagio de enfermedades o sufrir de posibles vulneraciones como es el bullying. Además, como padres, garantizamos una educación especialmente pensada para nuestros hijos, que se ajusta a sus necesidades particulares. Este es el caso, por ejemplo, de niños que destacan como deportistas, cantantes o bailarines, y que dedican una gran cantidad de tiempo al desarrollo de su habilidad y, por tanto, sus tiempos y prioridades difieren de las de sus pares”, explica.

La docente de la escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, también lo considera óptimo en caso de niños con enfermedades crónicas. “Para ellos puede ser una buena alternativa la educación en casa, sin dejar de lado el propiciar espacios de socialización con niños y niñas de su edad. Por otra parte, existen iniciativas en los hospitales, en el contexto del programa Chile Crece Contigo, que tiene como objetivo la escolarización en el ambiente hospitalario, cuando los niños y niñas deben permanecer periodos largos internados o cuando deben asistir frecuentemente al centro de salud. Esta iniciativa se puede reforzar con el estudio en casa, para que el niño que sufre de alguna enfermedad no quede sin escolarización”, precisa.

Lo negativo

Si bien la decisión de educar a los niños en casa es una opción válida en Chile, hay aspectos negativos a considerar, como es el hecho de que al no asistir al colegio el niño tiene menos espacios de socialización con otros niños de su edad. “Esto lo que puede limitar en el desarrollo de ciertas habilidades sociales, como la resolución de conflictos, la adaptación y la tolerancia a distintas formas de pensamiento y de vida, además de su integración adecuada posteriormente a la educación superior o al ámbito laboral”, comenta la psicóloga.

Por otra parte, como la educación en casa no es una práctica común en Chile, puede que el niño se sienta diferente a sus pares y que, por desconocimiento social, se le presenten obstáculos al momento de postular a la universidad o posteriormente a un trabajo. “No obstante, en la medida en que este sistema de enseñanza sea más difundido socialmente y sea validado con investigaciones científicas en el ámbito pedagógico, mayores posibilidades tendrá de ser una opción válida y conocida para los padres”, agrega.

“Ahora bien, esta es una alternativa viable a la educación en el colegio y corresponde a los padres evaluarla en detalle”, concluye la especialista de la escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico.