El conflicto por el 7% de deuda en mora que arrastra Argentina, incluido su combate judicial con los “fondos buitre” en Nueva York, se encamina a ser heredado por el próximo gobierno, según analistas en Buenos Aires.

Los tiempos de negociación con los bonistas que rechazaron las reestructuraciones de 2005 y 2010 se agotan y el 25 de octubre los argentinos votarán presidente, sin posibilidad de reelegir a la mandataria Cristina Kirchner.

“Cada día que pasa son menores las posibilidades de llegar a un arreglo”, dijo a la AFP Marina Dal Poggetto, de la consultora Bein y Asociados.

Kirchner tiene como bandera política la consigna “patria o buitres” y critica con dureza al juez neoyorquino Thomas Griesa, a quien acusa de defender solo los intereses de los llamados “holdouts”.

La semana pasada, Griesa profundizó el litigio al impedirle al Citibank estadounidense pagar un vencimiento de deuda reestructurada pese a que son bonos bajo ley argentina, pero finalmente lo autorizó.

Tras recibir una advertencia del gobierno argentino, el Citibank anunció el sábado en un comunicado que fue autorizado a pagar los vencimientos del 31 de marzo y 30 de junio, pero deberá dejar de operar con los bonos reestructurados de la deuda argentina.

Bonos en ‘default’ parcial

Los bonos bajo ley estadounidense están en ‘default’ parcial, por unos 2.800 millones de dólares desde junio. 

Griesa puso el cepo en represalia por negarse Argentina a abonarle ‘cash’ unos 1.330 millones de dólares de títulos en manos del fondo especulativo NML y otros.

“Creo que Kirchner y Kicillof van a tratar de arreglar un pago en bonos. Por ahora el gobierno tiene una posición de fortaleza. Hay una condena internacional muy grande contra los ‘buitres’”, señaló a la AFP Pablo Tigani, titular de la consultora Hacer.

Argentina sostiene que un grupo especulador no debe arruinar una reestructuración exitosa con el 93% de los acreedores. Así ganó apoyos en Naciones Unidas y el Grupo de los 20, pero nadie la ayudó a salir del callejón sin salida en Nueva York.

Uno de los economistas más citados hoy en el mundo, el francés Thomas Piketty dijo que la justicia de Estados Unidos le impuso “decisiones arbitrarias, egoístas e inaceptables”.

Los “yo también”

El  7% de acreedores con papeles en ‘default’ por unos 15.000 millones de dólares no cede en su demanda.

Bonistas denominados en la jerga los “me too” (yo también) se han presentado al llamado de Griesa para sumar al pleito unos 5.400 millones de dólares.

“Depende quién sea el próximo presidente. Pero lo cierto es que ésto van a tener que arreglarlo. No me he enterado de ninguna intención del gobierno actual de negociar”, dijo a la AFP Fausto Spotorno, de la consultora Ferreres.

Analistas de mercado esperaban que Argentina negociara al vencer en enero una cláusula de canje que le impedía ofrecer a un bonista un rendimiento mayor que a otro, so pena de tener que pagarle a todos por igual.

Quienes entraron al canje aceptaron fuertes quitas de capital, en algunos casos del 65%, a cambio de recibir bonos de alto rendimiento, atados al crecimiento de la economía e incluso de la inflación. Fue un negocio estupendo.

Pero la naturaleza de un fondo especulativo es apostar al cobro por vía judicial del 100% de una deuda comprada a precio vil de un país quebrado, como Argentina en 2001, de lo contrario no sería “buitre” sino un inversor común.

¿Paga Scioli, Massa o Macri?

Los favoritos entre los candidatos presidenciales son el aliado oficialista Daniel Scioli (peronista de centroderecha) y el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri (derecha), en tanto que el tercero en discordia es el diputado Sergio Massa (centroderecha).

Kirchner aún no bendijo a ninguno de los precandidatos de su corriente (peronista de centroizquierda), entre ellos el ministro del Interior Florencio Randazzo, o el Jefe de Gabinete Aníbal Fernández.

“Scioli o Massa tendrán intención de negociar. Y Macri ha dicho que les va a pagar a los ‘buitres’ lo que diga la justicia (de EEUU)”, dijo Tigani.

El gobierno tiene un escenario menos comprometido en lo económico que en la segunda mitad de 2014 con el Producto Interno Bruto (PIB) estancado y una inflación que volaba al 35% anual, según datos privados.

Logró fortalecer las reservas por encima de los 30.000 millones de dólares y el tipo de cambio revaluado funciona como “ancla contra la inflación” que podría estabilizarse en 1,4%-1,6% mensual, indicó Tigani.

“La expectativa de cambio político en Argentina podría facilitar un arreglo de pago en bonos”, comentó Dal Poggetto.

Un factor que ayuda al gobierno es que el peso de la deuda global ronda 45% del PIB, una relación mucho menor que la de países en dificultades, y uno de los mayores acreedores es el propio Estado, debido a que el país se automarginó de los mercados financieros internacionales.