Dos días han pasado desde que Juan Barros asumió como obispo de Osorno, en una polémica ceremonia de investidura que dio la vuelta al mundo como símbolo del cuestionamiento de los fieles a los casos de abuso sexual cometidos por sacerdotes como Fernando Karadima, que claramente han divido el catolicismo y cuestionado seriamente sus jerarquías y decisiones.

El ajetreo del sábado se ha ido diluyendo conforme han pasado las horas, realizando Barros este domingo una jornada de recogimiento personal y de compartir con sus familiares y amigos que llegaron a Osorno para acompañarlo. Al mismo tiempo descartó la realización de una misa ayer en Puerto Octay, aseverando que nunca hubo alguna invitación formal ni protocolar.

Este lunes realizó su primera actividad formal como líder de la diócesis local, a través de un desayuno con los funcionarios del obispado, la que según sus integrantes se dio de buena forma. Y es que según Barros no realizará ningún tipo de reestructuración, a menos que alguien solicite salir, en una entidad que se encuentra funcionando con normalidad.

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Consultado sobre la situación del sábado, caracterizada por el enfrentamiento entre los fieles por su nombramiento, citó el recibimiento de Francisco Valdés, el primer obispo de Osorno, asegurando que no guarda rencor y que incluso perdona a quienes, producto del momento, lo agredieron.

En todo caso, remarcó que hay que distinguir entre las formas de protestar, comentando que pudo haber personas ajenas al pueblo católico en la catedral San Mateo.

Ahora bien, sobre los cuestionamiento a su persona y que tienen directamente relación con el supuesto encubrimiento de los abusos sexuales de Fernando Karadima, Barros reconoció que de una manera indirecta también se ha visto afectado por ellos, reiterando que nada tuvo que ver en ellos.

Barros reconoció que espera que el negro capítulo que significó su llegada a Osorno cambié conforme realiza su trabajo pastoral, no descartando realizar alguna visita protocolar a las autoridades locales de la provincia, las que se restaron de asistir a su investidura, aunque dejó en claro que eso no es una urgencia en la actualidad.

Al mismo tiempo evitó cuestionar a aquellos parlamentarios y líderes políticos que participaron en las manifestaciones, como los concejales Carlos Vargas, Osvaldo Hernández y Juan Carlos Velásquez, así como los diputados Fidel Espinoza y Sergio Ojeda. Frente a ello sólo dijo que no los juzgará, pues ni siquiera los conoce.

Finalmente, confirmó su asistencia a un encuentro zonal sur de la conferencia episcopal, que se desarrollará hasta el próximo miércoles en Puerto Montt.