Exigiendo que el Gobierno cumpla la palabra empeñada, los mineros de Lebu afectados por gas grisú el 2005, se manifestaron en la Intendencia del Bío Bío. “El compromiso lo asumió la Concertación, hoy Nueva Mayoría… es la misma responsabilidad”, declararon.

La historia se sitúa el 8 de agosto del 2005, cuando faltando veinte para las 8 de la mañana, se produjo una explosión con gas grisú en la Estocada 18 de la Empresa Carbonífera Victoria de Lebu. El saldo de esta fatídica jornada, fue de más de 55 heridos, 16 accidentados de gravedad y cuatro mineros muertos.

La palabra empeñada, fue del entonces Presidente de la República, Ricardo Lagos y el Intendente del Bío Bío, Jaime Tohá: se prestaría ayuda psicológica, económica y social para los heridos más graves y las viudas.

A 10 años de esta historia y esta palabra, nada se cumplió. Y hoy estos mismos “hombres del carbón” exigen que los compromisos adoptados se respeten. Así lo indicó a Radio Bío Bío, Roberto Bahamondes.

Con una foto de sus compañeros muertos en blanco y negro, entraron a conversar con el Intendente subrogante. Les acompañó el diputado socialista, Manuel Monsalve.

Preocupa que ahora, Enacar esté en proceso de cierre, constituido un comité liquidador que significará que cuando la empresa desaparezca, los mineros quedarán sin interlocutor.

Temas de ayer y de hoy, que el presidente del Sindicato de ex Mineros de Lebu y actual concejal, Francisco Yévenez, exhorta al Gobierno a solucionar.

Hoy hay jóvenes mineros, hijos de los fallecidos. Sus madres aún los acompañan al trabajo. Es la herida que quedó en estas familias tras la tragedia, donde perdieron a sus seres queridos y el ingreso familiar.

Hay una historia y una palabra empeñada… que se cansaron de esperar.