Llevar una dieta rica en cereales integrales y alimentos de origen vegetal puede disminuir el riesgo de sufrir cardiopatías, diabetes, aterosclerosis y algunos tipos de cáncer. Por ello es que muchos recomiendan consumir alimentos integrales.

De acuerdo a Waleska Willson, nutricionista y docente de la Universidad San Sebastián, “según la FDA un alimento es considerado integral cuando posee al menos un 51% de granos enteros en su composición. Solamente de esta manera está garantizado que el organismo absorba la fibra proveniente de esa fuente. En su gran mayoría, los productos integrales que están en el mercado poseen baja cantidad de granos enteros nutrientes y fibra”.

La denominación “integral” hace referencia a aquellos cereales y legumbres que conservan su integridad físico-química, es decir, que no han sido refinados. “Las propiedades de este tipo de producto superan en mucho al aporte de fibra (de por sí muy bueno). Digámoslo así: todo alimento integral tiene fibra, pero no todo alimento con fibra es integral”, comenta la docente.

Si son realmente integrales sus beneficios son variados: promueven el tránsito intestinal, provocan sensación de saciedad por más tiempo y ayudan a mantener estables los niveles de glucemia, reduciendo los ataques de hambre y es más fácil seguir un régimen de alimentación. Sin embargo, hay que comerlos con moderación y controlar sus porciones.

“Ideal es reemplazar los alimentos como el pan blanco, fideos y arroz por integrales. La recomendación es consumir entre 20 a 35 gramos de fibra diariamente. También cambiar el azúcar refinada por miel y azúcar integral”, explica Waleska Willson.

La fibra

Desde un punto de vista nutricional, la fibra destaca por ser un hidrato de carbono complejo, lo que significa que se digiere más lentamente y no aumenta los niveles de azúcar en la sangre de forma brusca. Existe la fibra soluble y la insoluble.

La fibra soluble está formada por componentes que captan mucha agua y son capaces de formar geles ciertamente viscosos, siendo muy fermentable en el intestino, produciendo gran cantidad de gases. Por ello, aumenta el volumen de las heces, disminuyendo su consistencia.

“Prolonga el tiempo de vaciado del estómago, por lo que el azúcar es liberado y absorbido más lentamente. Entre sus beneficios está que regula el nivel de azúcar en la sangre y ayuda a reducir el colesterol total y el colesterol LDL”, explica la nutricionista.

En tanto, la insoluble está formada por sustancias que retienen poca agua, y que, por tanto, se hinchan poco. Tienen en el organismo de las personas un efecto de limpiar las paredes del intestino, eliminando los diferentes desechos que se han adherido a ésta. Segú la especialista de la Universidad San Sebastián “este tipo de fibra aumenta el volumen de las heces, disminuyendo tanto su consistencia como su tiempo de tránsito a través del tubo digestivo. Previene el estreñimiento y el cáncer de colon. Y controla y equilibra el PH en los intestinos”.

Creencias de los alimentos integrales

En la actualidad existen muchas creencias sobre los alimentos integrales. Por ello, Waleska Wilson explica algunas de ellas:

Son buenos para la salud: “Los beneficios de la fibra son realmente muchísimos, y en su gran mayoría no solamente se traducen en la prevención o solución del estreñimiento. Podemos destacar que ayuda a prevenir diversos tipos de cáncer, como el cáncer de colon o de mama; disminuye los niveles de colesterol LDL y colesterol total; reduce el riesgo de las enfermedades del corazón; reduce el azúcar en la sangre; y previene el estreñimiento, hemorroides y diverticulitis”.

Es un alimento bajo en calorías: “Muchos alimentos integrales parecen ser bajos en calorías, pero lo cierto es que tienen gran cantidad de sodio, grasas hidrogenadas y azúcar refinada. Lo mejor es leer las etiquetas para informarse la cantidad de grasas y azúcares que posee. Si además estos componentes figuran en los primeros renglones de la lista de ingredientes, lo mejor es descartarlo”.

Ayudan a bajar de peso: “Si son realmente integrales promueven el tránsito intestinal, además como su digestión es más lenta, provocan sensación de saciedad por más tiempo y ayudan a mantener estables los niveles de glucemia. Así, se reducen los ataques de hambre y es más fácil seguir un régimen de alimentación”.

Tienen granos: “Muchas veces el color pardo de este tipo de productos es por la adición de melaza o químicos. Para estar seguro de que un alimento es integral debe tener en la etiqueta como primer componente uno de estos ingredientes: avena, quinua, cebada de grano entero, o centeno”.