En Chile la enfermedad renal representa un importante porcentaje – 10% – del gasto público en salud por garantías explícitas, siendo la diálisis y el trasplante los tratamientos para la insuficiencia renal terminal, cuya atención se lleva muchos recursos. En otros países el tratamiento renal terminal no está financiado y es un gran problema sanitario.

Así lo afirma Nelly Baeza, coordinadora del Programa de Salud Pública de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Central, quien comenta que este año la Organización Mundial de la Salud quiso poner énfasis en mantener nuestro riñón sano, para lo cual la población necesita conocer su función y cómo prevenir la enfermedad renal crónica terminal.

Por el riñón pasa toda la sangre de nuestro cuerpo varias veces al día, con el fin de mantenerlo lejos de diversos residuos metabólicos del organismo (como son la urea, la creatinina, el potasio y el fósforo) a través de un complejo sistema que incluye mecanismos de filtración, reabsorción y excreción. Para ello es importante mantenerse hidratado adecuadamente, sobre todo en estos días calurosos. Beber agua durante el día, al menos 2 litros en un adulto es lo recomendable y distribuirlo durante el día.

La cantidad de sal (cloruro de sodio) que usamos en nuestras comidas también importa, ya que un nivel alto de sal hace trabajar más al riñón y a la larga le perjudica.

Mantener una presión arterial normal también es importante, debido a que el riñón está formado por muchas arterias y venas que se afectan directamente en los pacientes hipertensos.

Esta enfermedad es silenciosa y se instala en años. Asintomática por mucho tiempo, se suele hacer el diagnóstico cuando ya no existe más que diálisis o trasplante, es decir, reemplazo de nuestro riñón.

Por ello es vital realizar chequeos preventivos anuales de control de presión arterial, glicemia, exámenes de función renal y peso.

Si en nuestra familia existen antecedentes renales, su médico de cabecera le indicará cuando realizar más exámenes como una ecografía renal.

Síntomas

Según la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos, los síntomas más comunes son:

Sensación de malestar general y fatiga
Picazón (prurito) y piel seca
Dolores de cabeza
Pérdida de peso involuntaria
Inapetencia
Náuseas

Otros síntomas menos comunes:

Piel anormalmente clara u oscura
Cambios en las uñas
Dolor óseo
Somnolencia y confusión
Problemas para concentrarse o pensar
Entumecimiento en las manos, los pies u otras áreas
Fasciculaciones musculares o calambres
Mal aliento
Susceptibilidad a hematomas, sangrados nasales o sangre en las heces
Sed excesiva
Hipo frecuente
Problemas con la actividad sexual
Cesación de los periodos menstruales (amenorrea)
Problemas de sueño
Hinchazón de pies y manos (edema)
Vómitos, con frecuencia en la mañana

Expectativas

El organismo norteamericano afirma que la enfermedad renal terminal “lleva a la muerte sin diálisis o un trasplante de riñón; sin embargo, ambos tratamientos pueden tener riesgos. El desenlace clínico es diferente para cada persona”.