La NASA realizó una primera prueba en suelo del más poderoso cohete sólido, que la agencia espacial calificó como un “significante hito” en la meta de viajar a Marte.

“Fantástica prueba, un fantástico resultado”, celebró Alex Priskos, uno de los responsables del programa del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS, en inglés).

Atado horizontalmente al suelo en la base de una montaña en Utah, el SLS de 54 metros de largo funcionó como estaba previsto, tras ser calentado durante dos minutos para ver el desempeño del sistema cuando eventualmente sea lanzado.

Más de 500 sensores registraron los datos emitidos y que serán analizados en los próximos meses.

El arranque del motor del cohete se hizo a una temperatura ambiente elevada para simular un lanzamiento en verano, cuando la atmósfera supera los 35°C.

Otra prueba esta prevista para inicios de 2016 con temperaturas muy frías para simular un lanzamiento en invierno.

El futuro cohete impulsor de la NASA será equipado por estos dos cohetes de refuerzo para el despegue, que son versiones modernizadas y más potentes que las usadas para el transbordador espacial.

Éstos permitirán disponer de un 75% de fuerza propulsora del SLS durante los dos primeros minutos del lanzamiento. El restante será asegurado por los cuatro motores criogénicos RS-25 del lanzador, que provienen también de la nave.

El último transbordador espacial voló en julio de 2011.

El SLS realizará su primer vuelo de prueba en 2018 y lanzará en esta ocasión la cápsula no tripulada Orión, que transportará a dos astronautas estadounidenses para las misiones alrededor de la Luna, luego un asteroide y a largo plazo hacia Marte, posiblemente en 2030.

Orión realizó su primer vuelo de prueba sin astronauta en diciembre pasado, cuando dio dos vueltas alrededor de la Tierra para probar su escudo térmico de regreso a la atmósfera.