El presidente de Ecuador, Rafael Correa, consideró el lunes como una “broma de mal gusto” la decisión de Estados Unidos de declarar a la situación en Venezuela como una “amenaza extraordinaria” a su seguridad, a través de un decreto rechazado por Caracas.

Bajo esa resolución, el gobierno de Barack Obama impuso sanciones a siete funcionarios venezolanos, que incluyen el congelamiento de bienes y la prohibición de entrada a Estados Unidos.

Los responsables venezolanos son acusados por Washington de violaciones de derechos humanos durante las protestas de hace un año contra el presidente Nicolás Maduro, que dejaron 43 muertos.

“Debe ser una broma de mal gusto que nos recuerda las horas más obscuras de nuestra América, cuando recibíamos invasiones y dictaduras impuestas por el imperialismo”, escribió Correa en su cuenta de Twitter.

Estrecho aliado de Maduro, el gobernante ecuatoriano se preguntó a renglón seguido: “¿entenderán que Latinoamérica ya cambió?.

El canciller de Quito, Ricardo Patiño, rechazó también en Twitter el decreto de Obama en el que describe al caso venezolano como “una amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y la política externa de Estados Unidos”.

Al mismo tiempo, Obama declaró “una emergencia nacional” para encarar la situación en Venezuela, país azotado por una crisis económica en medio de las denuncias de Maduro sobre un supuesto golpe de Estado en marcha orquestado desde Washington.

Este lunes, el gobierno de Maduro llamó a consultas a su principal representante en la capital estadounidense, el encargado de negocios Maximilien Arveláiz, y tildó el decreto como el “paso más agresivo, injusto y nefasto que se haya dado contra Venezuela”.