El comandante de las tropas de la OTAN en Europa, Philip Breedlove, alertó de la “militarización” de Crimea, la península ucraniana anexionada hace un año por Rusia, que actualmente albergaría misiles de crucero cubriendo toda la zona del mar Negro.

“Rusia ha desplegado sistemas muy sofisticados [...] Nosotros vemos sistemas de misiles suelo-aire que cubren un 40% del mar Negro, y hay misiles de crucero que cubren prácticamente toda” la zona, declaró el general estadounidense en una entrevista el domingo en la televisión ucraniana 1+1 y de la que la AFP obtuvo la versión original en inglés el lunes.

“Vemos que Crimea se ha convertido en una plataforma de proyección militar”, añadió.

Esta península ucraniana fue anexionada por Rusia en marzo, después de tres semanas de ocupación de las fuerzas rusas, y tras un referéndum no reconocido por Kiev ni por la comunidad internacional, en el que se votó mayoritariamente por la escisión.

La anexión de Crimea a Rusia fue seguida del inicio de un conflicto armado en el este de Ucrania entre separatistas prorrusos y el ejército ucraniano, que ha dejado más de 6.000 muertos en once meses.

Interrogado sobre el número de tropas regulares rusas en el este rebelde de Ucrania, cuya presencia ha sido denunciada por Kiev y Occidente y negada por Moscú, el general Breedlov no quiso dar una cifra precisa.

“Las fuerzas van y vienen” a través de la frontera en el sureste, que escapan al control del gobierno de Kiev”, explicó el militar. “Para apoyar a las tropas rusas y a los combatientes separatistas prorrusos en Ucrania, el equipamiento, los hombres y el dinero circulan continuamente”, agregó.

Breedlov tampoco pudo confirmar la retirada completa de armamento pesado de la línea de frente, prevista por los acuerdos de Minsk el 12 de febrero.

Los rebeldes afirmaron la semana pasada que había concluido la retirada de sus armas pesadas de frente, pero no así el ejército ucraniano.

“Vemos movimientos de artillería pesada de ambos lados. Pero no sabemos lo que pasa con la artillería al este de la línea del frente porque los observadores de la OSCE no tienen acceso”, explicó.