Una enfermedad poco común y que en ocasiones arroja orígenes desconocidos es la vasculitis. Esta patología que presenta la inflamación de vasos sanguíneos y se manifiesta a través de manchas en la piel, puede comprometer órganos, sistemas y a todo el cuerpo si no es tratada a tiempo, incluso causar la muerte.

La vasculitis, en medicina, se refiere al grupo de síndromes y enfermedades que se producen a raíz de la inflamación de vasos sanguíneos, lo que implica una falla en su función por disminución de flujo, obstrucción o deterioro en la pared del vaso. Usualmente, esta enfermedad afecta a todos los grupos etarios, aunque existen algunas vasculitis específicas.

Vaso grande, mediano y pequeño

La clasificación más conocida de esta enfermedad, se relaciona con el tamaño del vaso involucrado: vaso grande, mediano y pequeño, diferenciándose específicamente por el calibre del vaso.

Vaso grande

Respecto a la vasculits que afecta el vaso grande, se encuentra la Arteritis Temporal, la que aqueja a los adultos mayores de 50 años, en su mayoría mujeres.

Dentro de esta categoría, tambien se encuentra la Arteritis de Takayasu la cual frecuentemente es presentada por mujeres menores de 40 años, pudiendo comprometer Aorta torácica, abdominal, arterias renales y arteria pulmonar en los pacientes.

Vaso mediano

Dentro de las vasculitis que afectan el vaso mediano está la Poliarteritis Nodosa, siendo poco frecuente. Se presenta por igual en hombres y mujeres, en un promedio de edad de 50 años.

Una patología que afecta a algunos niños es la Enfermedad de Kawasaki, que compromete a las arterias, se presenta en menores de 2 años y puede comprometer al sistema neurológico y al sistema gastrointestinal del paciente.

Vaso pequeño

Respecto a al vaso pequeño, está la enfermedad Granulomatosis de Wegener, que afecta por igual a mujeres y hombres entre 40 y 55 años. En este caso, existe un compromiso pulmonar, ocular y renal.

También está la Vasculitis cutánea Leucocitoclástica, la cual está limitada a la piel. Es la forma más frecuente de vasculitis, y puede comprometer a niños y adultos. Se manifiesta a través de la urticaria.

Vasculitis: causas y orígenes

Pese a que la vasculitis no es un secreto ni una enfermedad sin cura, en numeradas ocasiones no se puede definir el agente que origina la inflamación de venas, arterias, arteriolas, capilares y vénulas (vasos). Según indicó la doctora de la Universidad de Concepción, María José Careaga, se estiman como causantes de la vasculitis tres mecanismos de las cuales dos son las más comunes.

Agentes que entran al cuerpo y afectan el vaso sanguíneo directamente. En este punto se consideran a las infecciones (virales o bacterianas), embolías de colesterol y la inyección tóxicos drogas.

La segunda y tercera causante corresponden al factor autoinmune. Primero, como autoinmunidad directa sobre el vaso, o segundo, autoinmunidad secundaria a otro proceso no relacionado con el vaso, pero que funcionó de manera cruzada.

James Heilman, MD (CC)

James Heilman, MD (CC)

Enrojecimiento de la piel, el primer síntoma

Un ensayo sobre la enfermedad, realizado por la doctora Marcela Cisternas, del departamento de Reumatología de la Universidad Católica de Chile, señala que el síntoma más común y evidente son las alteraciones a la piel: enrojecimiento, heridas y nódulos subcutáneos, que mayoritariamente aparecen en extremidades y tronco. Lo anterior producto de la inflamación de los vasos.

También, de acuerdo a lo explicado por Cisternas, el paciente puede presentar malestares musculares, articulares y dolores de cabeza además de fiebre.

Otros síntomas más avanzados se relacionan con el sistema urinario: síndrome urinario (impedimento para orinar), síndrome nefrítico (orina con sangre), síndrome nefrótico (eliminación de proteínas por la orina), que pueden desencadenar en una insuficiencia renal terminal. En otras palabras, un tratamiento tardío de la enfermedad puede comprometer a los riñones hasta el punto de impedir que realicen sus funciones.

La vasculitis también puede afectar el sistema digestivo (hemorragia), provocar perforaciones intestinales y comprometer al sistema cardíaco.

Tratamiento: medicamentos riesgosos

Una vez realizado el diagnosticado de una determinada vasculitis es necesario comenzar un tratamiento precoz para evitar el desarrollo de complicaciones y evitar la mortalidad, señaló Cisternas. Respecto a la similitud de los síntomas con otras enfermedades, se debe agilizar el proceso de descarte para evitar confusiones, sin poner en riesgo la vida del paciente.

Una vez asignado, la duración del tratamiento es variable: depende del tipo de vasculitis y su gravedad. Dentro del informe, la experta destacó que es de suma importancia la elección de un medicamento preciso y no extender su uso innecesariamente: los medicamentos para tratar la vasculitis tienen riesgo de complicaciones, que pueden ser fatales.

Por su parte, Careaga, señaló que en cuanto a los cuidados de las personas que padecen vasculitis, está considerado un tratamiento que incluye corticoides (controlan el estrés, intervienen en la inflamación, regulan las secreciones de otras hormonas) o inmunosupresores (reduce la frecuencia de recaídas o rebrotes) en dosis variables, además de mantener los cuidados propios de pacientes inmunodeprimidos, tratando de evitar la exposición a infecciones comunes, contaminación y microorganismos ambientales.

Cabe señalar que el tratamiento de las vasculitis más complejas puede significar un gasto entre 500 mil y 800 mil pesos chilenos (o más), para costear los inmunosupersores, y en los casos más simples se puede tratar con prednisona (no más de 7 mil pesos).

Careaga destacó que en caso de no seguir el tratamiento, el paciente se arriesga a un descontrol de la patología, lo que en algunos casos puede implicar un significativo deterioro de la calidad de vida, como lo que ocurre en la Granulomatosis de Wegener en la que se puede llegar a la insuficiencia renal o insuficiencia respiratoria por hemorragia alveolar.