Las mujeres provenientes de Tomé, Chillán, San Carlos, Quirihue y Yungay, conocían de cerca el daño que causan los incendios forestales y vieron en la creación de este grupo la posibilidad de ayudar a prevenirlos y combatirlos.

Nueve mujeres integran la primera brigada forestal femenina en Chile de una empresa especializada. Bravo 51, de Working on Fire, que presta servicios a la empresa Arauco con base en El Espolón a 25 kilómetros de Chillán en la región del Bío Bío, es un grupo de 11 personas donde el trabajo de brigadistas está a cargo de Jazmín Neira, Nicole Tapia, Marcela Rojas, Eliana Venegas, Denis González, Carla Roa, Camila Romero, María Sepúlveda y Silvia Burgos.

El sistema de trabajo es de 10 días de servicio por cinco días libres de modo que siempre hay tres jóvenes con permiso y esta temporada es la segunda de existencia de Bravo 51.

El grupo inicia cada jornada con una hora de preparación física y por la mañana realizan práctica con agua, herramientas y hacen líneas cortafuegos, entre otros métodos de trabajo. Posteriormente se desplazan a vigilar en las zonas de más riesgo de incendio y aunque la noche es de descanso, en la base están disponibles las 24 horas para eventuales llamados de alguna emergencia.

Andrés Avendaño, jefe de zona Chillán a cargo de torres y brigadas de Working on Fire, la empresa que formó la brigada femenina, explica que su mandante es Forestal Arauco y, en su zona hay 26 bases de brigadas.

Las jóvenes, dice, reciben la misma capacitación de todos los brigadistas, y la experiencia ha dado resultado aunque ellas no son destinadas a combatir directamente el fuego, sino que desarrollan otras faenas relacionadas con los incendios. Esto porque en el combate y control de un incendio forestal hay etapas y fases y no todas las brigadas son de primer ataque. Hay que hacer varias funciones, como la de liquidación y resguardo, pero de importancia clave porque impiden el rebrote.

El jefe de la brigada femenina, Juan Hormazábal, no puede expresar con palabras lo que sintió cuando le dijeron que debería hacerse cargo de una brigada de mujeres. Es que su sorpresa fue demasiado grande, pero ahora reconoce que “Es una buena experiencia. La incorporación de ellas es positiva. Le ponen empeño y lo más fuerte de sus potencialidades es trabajar con equipos de agua para liquidar los fuegos, en eso son más minuciosas que los varones”, expresó.

Corma

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