Luego de un movido verano, Mirko Macari regresó al Podría ser peor para realizar su tradicional columna de los días miércoles, donde analiza la contingencia política.

El periodista aprovechó de analizar un tema que surgió en medio de su ausencia en el programa: el denominado caso Caval, donde está implicado Sebastián Dávalos, hijo de la presidenta Michelle Bachelet, quien ha visto mermada su aprobación popular por este hecho.

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Además, justo regresó en el día en que comenzó la formalización de 10 imputados en el marco del caso Penta, donde se indaga un posible fraude tributario que sirvió, entre otras cosas, para abultar sueldos y pagar campañas políticas.

Macari inició su argumentación explicando que ambas situaciones son un signo de “descomposición del sistema político completo, que hoy resulta más evidente”.

Para él, el caso Caval fue “una sorpresa de marca mayor, con un resultado impensado en términos del impacto que tuvo en la imagen presidencial“.

Según el director de El Mostrador, en el sistema político deslegitimado que hay en Chile “había una excepción que se llamaba Michelle Bachelet”. “Probablemente el caso Caval impacta esa condición exclusiva de Bachelet y la arroja al lodo junto a toda la clase política que chapotea por salir, dando manotazos de ahogado, de los que no se escapa la presidenta”, afirmó.

El profesional indicó que no cree que la mandataria se enteró por la prensa de lo ocurrido, tal como dijo en su regreso de vacaciones. “Lo grave no es lo que yo crea, lo grave es que la credibilidad de Bachelet era su principal atributo, no era su capacidad de gestión, no era su liderazgo político, era la credibilidad… Esto perfora la credibilidad de la presidenta”.

El periodista continuó su argumentación y aseveró que “no le creo (a Bachelet) por otras razones, probablemente estoy más informado que el resto. Resulta inverosímil que Bachelet se quiera asemejar a cualquier dueña de casa acerca de los modos en los que se informa“.

Michelle Bachelet cuenta con un servicio de inteligencia que la informa diariamente de aquellas cuestiones sensibles a la gestión del Estado… y no son cómo están las tropas bolivianas, son aquellos asuntos del círculo íntimo, los más sensibles al gobernante”, agregó.

Luego, Macari realizó una comparación con el caso Caval y el caso Penta, y explicó que ambos se relacionan en que “hay un gran señor que es el dinero, y que los políticos que están para servir (a la gente) están, en rigor, para servirse a sí mismos“.

“El caso Caval no es un asunto de hechos graves desde el punto de vista penal, lo es desde el punto de vista moral. Es un tipo (Sebastián Dávalos) que utiliza su posición para acceder a redes poder que en otro contexto no habría tenido acceso… En el fondo, la política es para encontrar el mejor modo de ayudarse a sí mismo y no al resto”, añadió.

Escucha la columna de Mirko Macari en el programa Podría ser peor, conducido por Julio César Rodríguez: