El Trastorno Obsesivo Compulsivo se define como un trastorno de ansiedad en el que las personas tienen pensamientos, sentimientos, ideas, sensaciones (obsesiones) o comportamientos repetitivos e indeseables que los impulsan a hacer algo (compulsiones). Asimismo, este puede ser difícil de identificar ya que se presenta de diferentes maneras.

También llamado TOC por sus iniciales, fue definido como la “enfermedad de la duda”, en la que los individuos experimentan una”duda patológica”, ya que tienen problemas para distinguir entre los acontecimientos probables y los muy poco probables, según la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales.

Según consigna el sitio Huffington Post, el doctor Bruce Hyman, del Centro de Recursos para el TOC de Florida, en Estados Unidos, explicó que los pacientes con este trastorno pueden quedar atrapados en un bucle de comportamiento, en el que tanto los pensamientos recurrentes y las compulsiones se repiten una y otra vez.

Pese a que es un trastorno que lleva tiempo siendo reconocido, el médico entregó cuatro consignas que ayudarán a entenderlo de mejor manera.

Las obsesiones son más que preocupaciones

Las obsesiones que caracterizan al TOC se producen de manera “espontánea e intrusiva”, asimismo, a dicho pensamiento está unido un gran miedo y ansiedad, dijo el profesional.

Los investigadores creen que los pensamientos que obedecen al Trastorno Obsesivo Compulsivo son el resultado de un desequilibrio químico en el cerebro, como por ejemplo, niveles bajos de serotonina, por lo que habría una incapacidad para filtrar los pensamientos indeseados.

Las compulsiones pueden ser mucho más sutiles que contar o lavarse las manos.

Se podría pensar que el TOC abarca compulsiones extremas, como por ejemplo lavarse las manos hasta sangrar, contar en voz alta, chequear las cerraduras innumerables veces, ordenar objetos. No obstante, la mayoría de los casos de TOC no pueden ser vistos, manifestó Hyman.

Se estima que el 20% de los pacientes con TOC sólo experimentan obsesiones. Se trataría de una variación de esta condición conocida como TOC principalmente obsesivo. Aunque de igual modo ocurrirían algunas compulsiones, aunque no son tan evidentes como otras, ya que tomarían forma de compulsiones internas, tal como la repetición interna de un mantra o conductas de evitación, como no entrar a la cocina para no estar cerca de cuchillos.

El TOC por lo general no tiene nada que ver con la limpieza o la organización.

Un tercio de quienes padecen TOC disponen de condiciones que los hace girar en torno a temas de gérmenes y desorden. Normalmente esta forma de trastorno se manifiesta por una compulsión a limpiar tanto el espacio de uno como a sí mismo, por el temor a la contaminación.

La gente usualmente comete el error de asociar el TOC con una persona preocupada en exceso por la limpieza, y si bien son una minoría significativa, no es la imagen completa de este trastorno de la ansiedad.

Por ejemplo, hay obsesiones y compulsiones que nada tienen que ver con la limpieza, como por ejemplo las relacionadas a creencias religiosas, simetría, orden y con chequear cerraduras y electrodomésticos.

El TOC no puede ser curado, pero sí hay tratamientos muy efectivos

El profesional señaló que el TOC si bien no tiene cura, es un trastorno tratable. Además de la medicación, existen las terapias psicológicas. Hyman menciona que la terapia de Exposición y Prevención de Respuesta suele ser la primera línea de tratamiento conductual, la que ayuda al paciente a superar los pensamientos angustiantes al exponerlos al elemento que desencadena éstos.