Descartando de plano una censura en su rutina, el comediante León Murillo expresó su satisfacción tras su debut en el escenario de la Quinta Vergara que le valió llevarse las gaviotas de plata y oro en el Festival de Viña del Mar.

La rutina se extendió por casi 45 minutos, marcada al final por el polémico cambio de cámara realizado desde la dirección de TV mientras Murillo realizaba el gesto de la coloquial “mirada del cocodrilo“.

“Censura yo no he tenido, no la he sentido. Se me aprobó la rutina”, subrayó en la conferencia de prensa tras su presentación. Eso sí, aclaró que el final de su performance no sería el ya difundido gesto.

“Técnicamente yo no iba a terminar como terminé, no iba a terminar ni siquiera con la mirada del cocodrilo. Entonces, yo creo que no estaban preparados en dirección, yo los desconcerté, fue culpa mía en realidad”, agregó.

Murillo realizó un positivo balance de la recepción de la rutina y, sobre todo, de la comunicación que aseguró lograr con el público presente en el anfiteatro viñamarino.

Asimismo, reconoció que su exposición le significará abandonar la suerte de “anonimato”, en referencia al bajo perfil que mantenía por presentarse solo en bares y realizar apariciones esporádicas en el programa “Mentiras Verdaderas” de La Red.

“Estoy experimentando una sensación muy novedosa para mí, estoy acostumbrado a que se me critique en las redes sociales. El monstruo está en las redes sociales, no está en la Quinta afortunadamente”, expresó.

Junto a ello, reconoció que los grandes escenarios están siendo más permeables al formato de monólogos, derribando la creencia que se restringe a audiencias más bien reducidas.

Al respecto, estimó que “se abre la puerta para un nuevo género sobre el escenario que la mayoría cree que es un género que es para bar nada más, para pequeño público, y claramente yo siento que cuando hay un público perceptivo, un público que le interesa escuchar, el humor va a llegar a cualquier lado”.

Gonzalo Pérez (RBB)

Gonzalo Pérez (RBB)