Los separatistas prorrusos del este de Ucrania intentaron este miércoles rebajar la tensión en el frente, mientras crecía la presión occidental sobre Rusia, a la que Estados Unidos acusó de “mentir” sobre su papel en el conflicto ucraniano.

Ucrania vivía este miércoles una situación de calma relativa, y el ejército aseguraba que los disparos rebeldes se habían reducido de forma “considerable”, aunque aún no se podía hablar de “verdadera tregua”.

Los separatistas prorrusos mostraron a varios periodistas lo que, según ellos, es la prueba de una “retirada de las armas pesadas”: 14 cañones móviles de 122 mm que se desplazaban hacia una posición alejada del frente.

A la salida del pueblo de Obilne, unos 20 kilómetros al sur de Donetsk, los periodistas pudieron ver una columna de 14 cañones remolcados y varios camiones procedentes del oeste, donde se sitúa el frente, que avanzaban por carretera hacia Starobeshevo, al sur.

“Aplicamos los acuerdos de Minsk”, declaró a la AFP Nicolai, comandante de una división de artillería de la autoproclamada república separatista de Donetsk.

Los acuerdos firmados el 12 de febrero en la capital bielorrusa preveían, entre otras cosas, la entrada en vigor de un alto el fuego a partir del 15 de febrero, y la retirada de las armas pesadas del frente, tan solo 48 horas después.

“Ayer (martes), retiramos lanzacohetes Grad y anteayer, tanques”, afirmó. “Nosotros seguimos la obligación de retirar las armas pesadas, pero los ucranianos no lo hacen”, agregó.

El oficial separatista se negó a indicar dónde estaban instaladas esas armas y adónde se dirigen, invocando la necesidad de guardar “el secreto militar”.

Los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) indicaron, por su parte, que no podían confirmar ninguna retirada de armamento del frente, mientras no reciba información sobre el lugar en el que se van a estacionar.

Kiev indicó, por su parte, que esperaría al cese total de los disparos de los rebeldes prorrusos antes de retirar sus armas pesadas.

Nuevas amenazas de sanciones contra Rusia

La presión de los occidentales sobre Rusia, a la que Occidente y Ucrania acusan de proporcionar armas y tropas a los separatistas, volvió a subir un peldaño.

Rusia “lleva a cabo el mayor ejercicio de propaganda desde el apogeo de la Guerra Fría”, declaró el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ante el Senado, afirmando que los dirigentes rusos “mentían mirando a los ojos respecto a lo que hacen” en Ucrania.

El primer ministro británico, David Cameron, evocó, por su parte, la posibilidad de excluir a Rusia del sistema de pagos interbancario Swift, si Moscú sigue “desmantelando” Ucrania, al tiempo que anunciaba el envío de instructores militares para asesor y entrenar a las tropas ucranianas.

Para el ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius, será necesario plantearse “a nivel europeo” nuevas sanciones contra Rusia, si los separatistas atacan el puerto estratégico de Mariupol, última gran ciudad del este en manos de Kiev.

Tras la entrada en vigor del alto el fuego, los rebeldes tomaron la ciudad de Debaltsevo, nudo ferroviario estratégico situado entre las capitales separatistas de Donetsk y Lugansk.

Moscú siempre negó su intervención en un conflicto que causó cerca de 5.800 muertos en 10 meses.