Más de 1.600 personas murieron durante los bombardeos que la coalición dirigida por Estados Unidos ha realizado en los últimos cinco meses, principalmente contra las posiciones del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), casi todos los muertos son yihadistas del EI y del brazo sirio de Al Qaida, el Frente al Nosra. También figuran 62 civiles.

Los bombardeos comenzaron el 23 de septiembre. Desde esa fecha mataron a 1.465 miembros del EI, en su mayoría no sirios, a 73 yihadistas de Al Nosra y a un rebelde que era rehén del EI en Raqa (norte), “capital” del grupo extremista en Siria, según el OSDH.

Washington, apoyado por una pequeña coalición de países árabes, extendió el año pasado sus operaciones aéreas contra el EI iniciadas en Irak.

Este grupo ultrarradical controla zonas de Irak y de Siria en las que declaró un “califato”. Atrae a combatientes extranjeros y siembra el terror mediante las decapitaciones y crucifixiones de aquellos que considera sus enemigos.