La presidenta argentina Cristina Kirchner no comentó este sábado la acusación penal en su contra de encubrir a exgobernantes iraníes sospechosos del atentado antisemita de 1994, denuncia que había impulsado el fiscal Alberto Nisman, muerto en circunstancias misteriosas el 18 de enero.

Durante la inauguración de un anfiteatro en la villa turística de El Calafate (sur), Kirchner remarcó que su gobierno “está tercamente empecinado en brindar alegría” al pueblo, pero no hizo ningún comentario sobre la acusación penal presentada por el fiscal Gerardo Pollicita el 13 de febrero contra Kirchner, su canciller Héctor Timerman y otros allegado al gobierno.

La mandataria recibió la noticia de su acusación penal en pleno vuelo desde Buenos Aires a El Calafate, en la provincia de Santa Cruz, adonde permanecerá el fin de semana largo por los feriados de lunes y martes de carnaval y donde tiene previstos varios actos para inaugurar obras.

Aunque no hay información oficial al respecto, la prensa local especula que la presidenta permanecerá en la Patagonia al menos hasta el jueves, cuando cumplirá 62 años.

De ser así estaría ausente en la capital argentina el miércoles cuando se realice una marcha de silencio convocada por fiscales y apoyada por la oposición al cumplirse un mes de la muerte de Nisman.

Pese al silencio de la mandataria, miembros del gobierno desestimaron este sábado la denuncia que presentó el viernes el fiscal Gerardo Pollicita.

“Es un verdadero disparate”, dijo a la prensa desde Mar del Plata (400 km al sur de Buenos Aires) el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, uno de los aspirantes presidenciales para las elecciones de octubre.

El secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, destacó que en el escrito del fiscal no hay pedido de citar a declarar a la presidenta.

“No han podido sostener nada, por eso no hay pedido de indagatoria”, aseguró.

Kirchner, que termina su mandato este año, puede ser citada a declarar, presencial o por escrito, si el juez que lleva este caso, Daniel Rafecas, así lo decide cuando vuelva de su licencia esta semana.

El fiscal Alberto Nisman fue hallado muerto de un disparo en la cabeza en su departamento en Buenos Aires cuatro días después de haber acusado a Kirchner, a su canciller Héctor Timerman y a otros allegados al gobierno de encubrir a los iraníes.

Su muerte se produjo la víspera de presentar pruebas acusatorias ante el Congreso.

Nisman investigaba el atentado contra la mutual judía AMIA de 1994 que dejó 85 muertos y 300 heridos, el más grave en la historia argentina que lleva más de 20 años en la impunidad.

Fueron designados tres fiscales para reemplazarlo en el caso.