Exposición de arte muestra cómo usaban el baño hace seis siglos

Detalle de La jupe relevée (1742) | François Boucher
Detalle de La jupe relevée (1742) | François Boucher
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¿Cómo mantenían el aseo personal en el viejo mundo sin las comodidades de la modernidad? Grandes artistas del siglo XV destinaron pinturas a los ritos de higiene, sus espacios y gestos, entregándonos detalles que no encontraríamos en los libros de historia.

En el museo Marmottan Monet de París se expone un centenar de obras desde la época en que nació el concepto de intimidad hasta la actualidad, mostrando cómo durante seis siglos evolucionaron nuestras cotidianas tareas de higiene.

En la edad media eran normales los olores corporales que se intentaban disimular con la vestimenta o llevando flores. Poco y nada se sabía de pozos sépticos y los desechos iban a dar a la calle.

Pero con el Renacimiento también llegó el creciente afán por el aseo personal y el recelo, por ejemplo, a compartir una tina con desconocidos. Desde entonces, los sanitarios comenzaron a confinarse en habitaciones cerradas, sin embargo, aún surgían ideas extrañas: mucha gente prescindía del agua por temor al contagio de enfermedades.

“El baño entonces era lo que podríamos llamar un baño en seco. Consiste en friccionarse y no lavarse. El método excluye el agua y consiste, entre otras cosas, en luchar contra los pequeños animales que están por todos lados”, dijo a la agencia France-Presse Nadeije Laneyrie-Dagen, historiadora del arte y organizadora de la exposición.

Por ejemplo -señaló la especialista- en una de las pinturas se observa una sirvienta que al momento de irse a dormir presiona con sus dedos una pulga que encontró mientras se aseaba.

El arte como testigo de “la conquista” de la intimidad

De acuerdo a los organizadores, esta muestra artística invita a reflexionar que los principales cambios en las prácticas de higiene y el cuidado personal de la historia occidental no se limitan a la conquista de la limpieza, sino también a la profundización de la intimidad; de lo privado y lo personal.

Esta evolución ratifica que el individuo va ganando autonomía y toma conciencia de que “se pertenece sólo a él”.

Es así como las artes plásticas han dado testimonio de cómo las sociedades incurren en prácticas de higiene y belleza cada vez más privadas, en espacios cada vez más aislados, para ocultar lo que realizan.

La Bañera (Fines de siglo XV) | Museo Nacional de la Edad Media de París

La Bañera (Fines de siglo XV) | Museo Nacional de la Edad Media de París

Anónimo (Fines de siglo XVI) | Museo Languedoc

Anónimo (Fines de siglo XVI) | Museo Languedoc

La mujer con la pulga (1638) | Georges de La Tour | Museo Lorrain

La mujer con la pulga (1638) | Georges de La Tour | Museo Lorrain

Joven en su baño (1898) |  Eugène Lomont | Musée Départemental de l'Oise

Joven en su baño (1898) | Eugène Lomont | Musée Départemental de l'Oise

Detalle de La jupe relevée  (1742) | François Boucher

Detalle de La jupe relevée (1742) | François Boucher

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¿Cómo mantenían el aseo personal en el viejo mundo sin las comodidades de la modernidad? Grandes artistas del siglo XV destinaron pinturas a los ritos de higiene, sus espacios y gestos, entregándonos detalles que no encontraríamos en los libros de historia.

En el museo Marmottan Monet de París se expone un centenar de obras desde la época en que nació el concepto de intimidad hasta la actualidad, mostrando cómo durante seis siglos evolucionaron nuestras cotidianas tareas de higiene.

En la edad media eran normales los olores corporales que se intentaban disimular con la vestimenta o llevando flores. Poco y nada se sabía de pozos sépticos y los desechos iban a dar a la calle.

Pero con el Renacimiento también llegó el creciente afán por el aseo personal y el recelo, por ejemplo, a compartir una tina con desconocidos. Desde entonces, los sanitarios comenzaron a confinarse en habitaciones cerradas, sin embargo, aún surgían ideas extrañas: mucha gente prescindía del agua por temor al contagio de enfermedades.

“El baño entonces era lo que podríamos llamar un baño en seco. Consiste en friccionarse y no lavarse. El método excluye el agua y consiste, entre otras cosas, en luchar contra los pequeños animales que están por todos lados”, dijo a la agencia France-Presse Nadeije Laneyrie-Dagen, historiadora del arte y organizadora de la exposición.

Por ejemplo -señaló la especialista- en una de las pinturas se observa una sirvienta que al momento de irse a dormir presiona con sus dedos una pulga que encontró mientras se aseaba.

El arte como testigo de “la conquista” de la intimidad

De acuerdo a los organizadores, esta muestra artística invita a reflexionar que los principales cambios en las prácticas de higiene y el cuidado personal de la historia occidental no se limitan a la conquista de la limpieza, sino también a la profundización de la intimidad; de lo privado y lo personal.

Esta evolución ratifica que el individuo va ganando autonomía y toma conciencia de que “se pertenece sólo a él”.

Es así como las artes plásticas han dado testimonio de cómo las sociedades incurren en prácticas de higiene y belleza cada vez más privadas, en espacios cada vez más aislados, para ocultar lo que realizan.

La Bañera (Fines de siglo XV) | Museo Nacional de la Edad Media de París

La Bañera (Fines de siglo XV) | Museo Nacional de la Edad Media de París

Anónimo (Fines de siglo XVI) | Museo Languedoc

Anónimo (Fines de siglo XVI) | Museo Languedoc

La mujer con la pulga (1638) | Georges de La Tour | Museo Lorrain

La mujer con la pulga (1638) | Georges de La Tour | Museo Lorrain

Joven en su baño (1898) |  Eugène Lomont | Musée Départemental de l'Oise

Joven en su baño (1898) | Eugène Lomont | Musée Départemental de l'Oise

Detalle de La jupe relevée  (1742) | François Boucher

Detalle de La jupe relevée (1742) | François Boucher