La semana pasada el mundo se estremeció al conocer la historia de Leo, un bebé recién nacido con Síndrome de Down, cuyo padre decidió hacerse cargo de él, luego que su madre le diera a elegir a su marido entre ella o el niño.

En ese momento las criticas contra Ruzan Badalyn, una joven mujer armenia, se extendieron por todas las redes sociales, siendo insultada de todas las formas posibles. Completamente diferente fue la situación de Samuel Forrest, quien fue felicitado e incluso su campaña para reunir fondos para llevar de vuelta a su bebé a su país natal, Nueva Zelanda, cobró más fuerza.

Lee también: Hombre se niega a abandonar a su bebé con síndrome de down

Ante ese escenario, la mujer quiso dar a conocer su versión de la historia y utilizó Facebook para hacerlo. En un largo mensaje publicado el fin de semana, entregó su versión.

“El 21 de enero fue el día más feliz para mí, finalmente daba a luz a mi esperado hijo. Nuestro pequeño nació a las 6:30 de la mañana y recuerdo haber visto caras de preocupación y doctores inquietos. Desperté unas horas después de la anestesia, y mi primera pregunta fue cómo estaba mi hijo. Recuerdo las caras de tristeza de mis parientes y los doctores y el diagnóstico que sonó como una condena: ‘Tu hijo nación con síndrome de Down’. Nadie puede imaginar cómo me sentí en ese momento“, comienza la mujer, declaraciones que fueron recogidas por el diario británico Mirror.

La mujer prosigue diciendo que sabe que la sociedad en su país es muy prejuiciosa y que la crianza de un bebé con necesidades especiales es demasiado difícil. Además, ni ella ni su esposo contaban con los recursos suficientes para poder darle a Leo la vida que ella creía que él merecía.

“Quiero que Leo tenga la integración social que para Armenia tomará años y años. Vi las miradas evasivas de los doctores, las lágrimas manchadas de sangre de mis familiares, recibí llamadas de condolencias y me di cuenta que solo una mudanza a un país con los estándares de vida como Nueva Zelanda podría darle una vida decente a mi hijo“, asegura.

Según dice en su declaración, tanto su familia como ella querían poner los intereses del niño primero, por lo que su intención era entregarlo para que fuera criado en otro país y tuviera las oportunidades que merecía.

En aquel difícil momento, señala, su esposo no estuvo junto a ella dándole el apoyo que necesitaba, y aunque trató de comunicarse con él, esto fue imposible. Sin que ella fuera notificada, el hombre sacó al niño del hospital y se lo llevó con él, iniciando la campaña de recaudación de fondos, sin que la mujer pudiese decir algo.

Badalyn explica también que su marido jamás sugirió la idea de mudarse a Nueva Zelanda, como hoy lo planea, y desmintió que le hubiese dado un ultimátum.

“Como una madre que ha enfrentado a esta grave situación, estando en el hospital bajo estrés y depresión, experimentando una enorme presión de todos lados, no encontré ningún apoyo de parte de mi marido respecto a darle una vida digna al niño en Armenia, por lo que me enfrenté a dos opciones: Cuidar al niño por mi cuenta en Armenia, o abandonar mis instintos maternales y darle al bebé la oportunidad de disfrutar de una vida digna con su padre en Nueva Zelanda. Me fui por la segunda opción“, terminó.

Mirror

Mirror