Hace exactamente ocho años que se implementó de manera definitiva el sistema de transporte público de la región Metropolitana, Transantiago, proyecto que se transformó en un dolor de cabeza para las autoridades de la época y que ha necesitado una fuerte inyección de recursos desde el Estado para sobrevivir.

Debido a los problemas que deben enfrentar los usuarios, como descoordinaciones en las frecuencias y aglomeraciones, que a juicio de los capitalinos, no se condice con la tarifa que deben cancelar de $640, algunos simplemente han optado por evadir el pago del pasaje.

Un estudio encargado por una de las empresas operadoras del Transantiago, Alsacia Express, cifró en unos 415 millones de dólares las pérdidas anuales por la evasión. Esto significa más del 50% del subsidio estatal de 750 millones de dólares,estimó Alto Evasión -empresa a cargo del estudio- según publica La Tercera.

En esa línea, la empresa cuantificó la evasión en un 28%, medición que es 4,5 puntos más que lo informado por las autoridades gubernamentales del transporte, quienes además han reforzado las fiscalizaciones para detener a los evasores y llevarlos a la justicia.

Y es que de acuerdo al Ministerio de Transportes, un total de 70.957 personas sorprendidas circulando en los buses sin cancelar su pasaje han sido citados a un tribunal, lo que representa un 82,7% de los pasajeros detectados evadiendo.

Además, la consultora reveló que la fórmula más utilizada para evitar cancelar es subir a las máquinas por las puertas traseras donde no están instalados los cobradores, llegando a un 10% en promedio, destacando las comunas de Pedro Aguirre Cerda, Santiago y Maipú.

El aporte del Transantiago a las regiones

Producto de la incesante inyección de recursos al Transantiago, el Gobierno ha debido negociar la aprobación de recursos estatales con el Congreso implementando los denominados “fondos espejo”, es decir, entregar dinero en partes iguales al transporte capitalino con las regiones.

Y es que según publica El Mercurio, esta fórmula ha significado inversiones por unos 623 mil millones de pesos en regiones, financiando a 555 servicios de conectividad y que proyecta beneficiar además a unas 70 localidades aisladas. Además, los dineros han sido ocupados para renovar flotas de buses, paraderos, medidas de seguridad vial, entre otros.

No obstante, algunos problemas han abierto flanco de críticas debido a que se entregaban los recursos sin que hubieran proyectos concretos, tal como lo reconoció la ex subsecretaria de Transportes Gloria Hutt. “Por esto, los gobiernos regionales las destinaban a otras necesidades, distintas al transporte”, admitió.

Esto fue refrendado por el doctor en Transportes de la Universidad Diego Portales, Louis de Grange, quien sostiene que “no hay claridad respecto de los proyectos ejecutados, en lo que se han gastado e invertido. No hay información suficiente”.