La ONU denunció este viernes la violencia en Sudán del Sur, donde varios pueblos han sido destruidos y se han registrado numerosas violaciones a los derechos humanos desde que hace un año empezó una guerra civil.

“Sigue habiendo violaciones [de derechos fundamentales]“, dijo el secretario general adjunto de la ONU encargado de derechos humanos, Ivan Simonovic, tras una visita a dos localidades destruidas.

Simonovic dijo haber oído testimonios “espantosos” en su visita a Bentiu, la capital del estado petrolero de Unity, y a Malakal, capital del Alto Nilo, dos ciudades del norte del país.

El responsable de la ONU dijo que en algunas partes se declaró un “mes de la violación” pero no especificó en cual de los dos bandos.

“Es intolerable [...] es esencial hacer avanzar la paz, esta situación no puede durar”, dijo Simonovic en una declaración publicada el viernes.

Desde diciembre de 2013 Sudán del Sur está inmerso en una guerra civil marcada por masacres interétnicas. Aunque no existe balance oficial de víctimas, los observadores hablan de decenas de miles de muertos y de una crisis humanitaria grave.

Los combates empezaron en Juba, la capital, entre una facción del ejército leal al presidente Salva Kiir y los rebeldes leales a su antiguo vicepresidente y rival, Riek Machar. Luego se extendieron en todo el país e implican a unos veinte grupos armados.

Más de la mitad de los 12 millones de habitantes del país necesitan ayuda, según la ONU, que acoge en sus bases a cerca de 100.000 civiles.