El último diálogo entre vecinos y ejecutores del ex proyecto Octopus terminó abruptamente en Bulnes. Los vecinos aseguran que la empresa no fue capaz de responder a sus inquietudes, mientras que el municipio considera que su comuna no es un buen lugar para instalar el proyecto.

Una vez más terminó de forma abrupta la participación ciudadana organizada por el Servicio de Evaluación Ambiental para escuchar los reparos de los vecinos frente al impacto de los proyectos de la empresa Biobiogenera, conocido popularmente como Octopus. Esta vez, el cuarto y último encuentro se efectuó en Bulnes, donde se pretende construir la central El Campesino.

El presidente de Bulnes Sin Termoeléctricas, Víctor Díaz, recalcó que la empresa no fue capaz de responder a sus consultas.

Díaz expresó que, por ejemplo, hay cisnes de cuello negro que habitan en un tranque, situación que desconocía la empresa pese a que lleva un año haciendo un Estudio de Impacto Ambiental.

El alcalde de Bulnes, Ernesto Sánchez, planteó su postura y dijo que es partidario del desarrollo energético del país, pero que no le parece un buen lugar para emplazar una termoeléctrica, ya que afectaría a la agricultura.

La Municipalidad de Bulnes recibirá hasta el 13 de febrero las reclamaciones en contra del proyecto para enviarlas posteriormente a Concepción.

De todas maneras, el plazo oficial vence el 16 de febrero, día en que los opositores a Octopus harán una entrega masiva de reparos ante el Servicio de Evaluación Ambiental en la capital regional.