Unas dos mil personas marcharon el miércoles desde el Congreso hasta la Casa de Gobierno en Buenos Aires para exigir el esclarecimiento de la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien apareció muerto el 18 de enero con un balazo en la cabeza.

“Basta de impunidad”, rezaba un gran cartel que se llevaba a la cabeza de la movilización, entre la que se destacaba Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz y renombrado militante de derechos humanos.

El fiscal Nisman, quien estaba a cargo de una unidad especial que investigaba el atentado a la mutual judía AMIA en 1994, apareció muerto días después de denunciar a la presidenta Cristina Kirchner y al canciller Héctor Timerman por “encubrimiento” de acusados iraníes en la causa.

En la movilización, de la que también participaron sectores sindicales opositores y partidos de izquierda, se exigió además la creación en el Congreso de una comisión investigadora del atentado, que dejó 85 muertos y 300 heridos.

“No sabemos si Nisman se suicidó o lo suicidaron”, dijo Pérez Esquivel a la AFP e insistió en la necesidad de seguir investigando.

“Creo que vamos a llegar a la verdad, pero hay que reclamarle a los diputados y senadores la creación de una comisión investigadora independiente y al gobierno que abra todos los archivos de inteligencia”, dijo Pérez Esquivel.

Nisman apareció sin vida en el baño de su departamento del barrio de Puerto Madero de la capital argentina un día antes de presentarse en el Congreso para dar detalles de su denuncia.

“Con la muerte del fiscal no solo se cierra formalmente el capítulo de la acusación internacional contra Irán que lo tuvo como protagonista, sino que se entierra lo que queda de la llamada causa AMIA”, dijo a la AFP Laura Guinzberg, familiar de una víctima de la AMIA.

De esta forma, la mujer manifestó su escepticismo sobre el avance de la investigación del mayor atentado que sufrió Argentina, luego de la bomba que en 1992 destruyó la la embajada de Israel.

La jubilada Ana Zucalo, de 70 años, consideró que es “una obligación moral” participar de la movilización y confió en un cambio para las generaciones futuras.

“Yo no voy a ver ningún cambio porque todo esto está muy corrompido en todos los ámbitos, pero espero que haya una esperanza para mis nietos”, dijo Zucalo a la AFP.

La muerte del fiscal impactó en el gobierno y sacudió a la sociedad argentina. El caso está caratulado de “muerte dudosa” y la fiscal Viviana Fein que lo investiga no descarta suicidio, suicidio inducido u homicidio.

JUAN MABROMATA / AFP

JUAN MABROMATA / AFP