Los dibujos infantiles no tienen la técnica ni la destreza perfecta, pero son creaciones que derrochan imaginación y creatividad, además de significar recuerdos dignos de atesorar para los padres.

Pero el canadiense Keith Anderson fue más allá, y quiso inmortalizar los trazados de su hijo en su propia piel, transformándolos en tatuajes.

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Su historia fue retratada por el fotógrafo Chance Faulkner, quien realizó un reportaje gráfico de este padre en su sitio web oficial.

“Cada uno de estos tatuajes en mi brazo derecho han sido dibujados por mi hijo en los últimos años. El primer tatuaje es de cuando tenía 4, él ahora tiene 11. Añadimos uno cada año basado en uno de sus dibujos”, dijo el hombre en entrevista con Faulkner.

Al respecto, Anderson también señaló que no conoce a nadie que haga algo similar, asegurando que es muy divertido y seguirán hasta que su hijo decida que no quiere continuar.

“A este ritmo todavía estamos muy entusiasmados, así que vamos a seguir adelante”, comentó.

“La gente me pregunta qué va a pasar si se me acaba el espacio; supongo que voy a conseguir que haga dibujos más pequeños”, señaló.

Keith comentó que 3 artistas diferentes han tatuado los dibujos y que recientemente, su hijo lo acompañó e incluso hizo algunas partes del tatuaje.

Chance Faulkner

Chance Faulkner

Chance Faulkner

Chance Faulkner

Chance Faulkner

Chance Faulkner

Chance Faulkner

Chance Faulkner

Chance Faulkner

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Chance Faulkner

Chance Faulkner

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Chance Faulkner

Chance Faulkner

Chance Faulkner

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