Un tribunal egipcio confirmó el lunes la pena de muerte para 183 hombres condenados por haber matado a 13 policías en agosto de 2013, unas horas después de que las fuerzas del orden mataran a más de 700 manifestantes partidarios del ex presidente Mohamed Mursi.

El mismo tribunal había condenado en primera instancia el 2 de diciembre de 2014 a la pena capital a 188 hombres acusados de haber participado en el sangriento ataque contra una comisaría de Kerdassa, a las afueras de El Cairo, el 14 de agosto de 2013.

Este juicio, así como otros procesos que desembocaron en masivas condenas a muerte contra partidarios de Mursi tras su derrocamiento en julio de 2013, ha sido denunciado por la ONU y ONG internacionales.

Naciones Unidas consideró que estos juicios a menudo resueltos en pocos minutos contra un gran número de personas no tienen “precedentes en la historia reciente” del mundo.

El tribunal consultó la opinión no vinculante del gran muftí de Egipto, antes de confirmar este lunes su veredicto.

De los 188 condenados inicialmente, sólo 143 están detenidos, dos fueron absueltos, a uno se le conmutó la pena por diez años de cárcel y se abandonaron los cargos contra otros dos porque murieron.

Las condenas a muerte confirmadas el lunes pueden ser apeladas.

Mursi, primer presidente elegido democráticamente en Egipto, fue derrocado y detenido el 3 de julio de 2013 por el ejército por orden de su jefe y ahora presidente, Abdel Fatah al Sisi.

Las fuerzas del orden mataron en los meses posteriores a más de 1.400 manifestantes pro-Mursi, de los cuales la mitad perdió la vida el 14 de agosto de 2013, al dispersar dos manifestaciones en el centro de El Cairo.

Unas horas más tarde, una turba indignada atacó una comisaria en Kerdassa, matando a 13 policías.

Más de 15.000 personas fueron encarceladas desde esos acontecimientos, esencialmente miembros de la cofradía islamista de Mursi, los Hermanos Musulmanes.