¿Héroe o canalla? El último éxito de Clint Eastwood, “Francotirador”, ha encendido un amargo debate en Estados Unidos sobre la invasión a Irak y el papel de uno de sus más famosos soldados de guerra.

Los conservadores la saludan como un merecido y tardío tributo a los veteranos de guerra, pero los críticos afirman que el sujeto de la película, el ex Navy Seal Chris Kyle, no merece este tratamiento de héroe por su eficiente trabajo como mortífero francotirador.

Dirigido por Eastwood y protagonizado por Bradley Cooper, “Francotirador” (American Sniper) ha marcado récords de taquilla desde su estreno el fin de semana pasado en Estados Unidos y Latinoamérica (España la verá el 20 de febrero) y acumula seis nominaciones a los Óscar, entre ellas Mejor película y Mejor actor.

La cinta se basa en las memorias de Kyle, en las que el soldado no expresa ningún remordimiento por las vidas que extinguió como tirador de élite de la guerra.

La conservadora revista de internet National Review alabó: “La película le da a Estados Unidos algo que ha necesitado desde comienzo de la guerra: un héroe de guerra en una escala verdaderamente nacional y cultural”.

Pero tanto Eastwood como Cooper (nominado al Óscar en los últimos tres años consecutivos) insisten en que no tenían ninguna agenda política al realizar “Francotirador”.

“Para mí y para Clint”, dijo Cooper, “esta película consistió siempre en el estudio de un personaje”.

Pero desde su estreno los estadounidenses se han enzarzado en una guerra de palabras sobre la película y su protagonista, lo que expone la polarización sobre las incursiones militares del país desde el 11 de septiembre de 2001.

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El cineasta Michael Moore desató la tormenta cuando escribió en Twitter que los francotiradores son “cobardes”.

“Un francotirador mató a mi tío en la Segunda Guerra Mundial. Nos enseñaron que los francotiradores son cobardes. Te disparan en la espalda. No son héroes”, escribió.

El actor Seth Rogen, cuya última película “The Interview” también dio de qué hablar porque desencadenó la furia de Corea del Norte y un enorme ciberataque a Sony Pictures, dijo que “Francotirador” le recordaba la película de propaganda nazi que aparece al final de la cinta de Quentin Tarantino “Inglorious Basterds”.

Los izquierdistas de Hollywood

Rápidamente, los conservadores y una sucesión de celebridades atacaron a Moore y a Roger en las redes sociales.

Entre ellos, la excandidata a la vicepresidencia por el partido Republicano Sarah Palin acusó a “los izquierdistas de Hollywood”.

Newt Gingrich, expresidente republicano de la Cámara de Representantes, escribió que “Moore debería pasar unas semanas con el (grupo) EI y Boko Haram”.

Los exsoldados tienden a hacer buenos comentarios de la película y algunos grupos de veteranos ayudaron a organizar proyecciones especiales para sus miembros.

Pero al menos un oficial de marina estadounidense que peleó en Irak hace diez año no parece tan impresionado.

“No me gustó”, dijo Ross Caputi, de 30 años y quien pasó siete meses en la provincia de Anbar entre 2004 y 2005.

“Presenta una imagen muy lavada de lo que fue la ocupación en Irak y de la naturaleza de la resistencia iraquí”, dijo a la AFP.

Caputi añadió que en “Francotirador” los iraquíes no tienen voz y que la cinta no hace ningún esfuerzo por explicar por qué los locales resentían tener a tropas extranjeras en su suelo.

En cambio, prosiguió el “marine”, la película pinta un cuadro en blanco en negro, cuando la guerra era un asunto “extremadamente gris” para él en ese momento.

En sus memorias, Kyle expresó sólo orgullo por sus glorias de guerra y por haber puesto siempre en su inequívoca mira a los “salvajes”.

Se cree que ha abatido a 255 personas con su rifle. El Pentágono oficialmente le atribuyó 160 muertes confirmadas, lo que lo ha confirmado en el francotirador más mortífero de la historia militar estadounidense.

Kyle murió el 2 de febrero de 2013 a manos de un exsoldado de Estados Unidos que sufre estrés postraumático y que será juzgado el mes próximo.

Paul Rieckhoff, jefe de la organización de veteranos de Irak y Afganistán, dijo que la película refleja lo que muchos soldados piensan de la guerra.

“Kyle, al igual que muchos con quienes serví, así como nuestro presidente durante la mayor parte de la guerra en Irak, tenían una visión muy en blanco y negro del conflicto. Nosotros teníamos razón, ellos no”, escribió Rieckhoff en la revista de cine Variety.

La película no busca tratar la complejidad del conflicto, añadió, sino ayudar a los civiles a entender los riesgos y ansiedades que sufren los estadounidenses que prestan servicio militar.