Un Príncipe Desolado denso y estimulante clama a Dios: Devuélveme la muerte

El príncipe desolado, Matucana 100 (c)
El príncipe desolado, Matucana 100 (c)
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Un Radrigán “clásico” dirigido e interpretado en forma notable por Alejandro Quintana y un gran elenco para una obra compleja y estimulante que hace amar el teatro.

¡Párate frente a la vida y desnuda tu corazón atormentado, enmienda tu error, Dios equivocado de una raza sin destino, devuélveme la muerte!

Esta frase es una posible síntesis de una obra densa y estimulante.

Una dramaturgia “clásica” que resalta la obra y la trayectoria de Juan Radrigán (Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales 2011), una dirección que evidencia los pergaminos de Alejandro Quintana en Alemania y una puesta en escena y actuaciones destacadas que harán de El príncipe desolado una de las grandes obras de este 2015.

El Bien y el Mal, Dios, el poder, la crítica, la disidencia, las normas, lo que se siente y lo que uno necesita, temas de género son sólo algunos de los temas que se abordan, que se abren y se ramifican en una obra compleja y densa en los mejores términos para dar como resultado una obra estimulante. Cuestionadora y estimulante como pocas.

Es un “clásico” en términos de lenguaje, se sale de lo que se espera “normalmente” de Radrigán, y eso puede ser un problema –y una decepción- para algunos. Pero ese lenguaje y estructura –muy bien usados- ayudan a crer una atmósfera y a apreciar la obra de otra forma, quizás en forma menos “contingente” (a pesar de la introducción que invita a pensar y cuestiona el Chile de hoy).

Los personajes están muy bien delineados, con roles claros, complejos, profundos, y muy bien interpretados. No hay interpretaciones bajas, destacando los protagonistas (Luzbel, Lilith y sus tres hijos), en especial la actuación de Francisco Melo (notable, muy distante de su rol en Coronación), Daniela Lhorente, y Silvia Marín. Por el peso que asume el rol de Luzbel como los contrapuntos de los personajes femeninos.

La obra permite muchas lecturas, en distintos niveles. Una obra que permite conversar y pensar y seguir pensando, que siendo densa, intelectual, conecta con vivencias y emociones. Cuestiona el poder, la verdad, las normas versus las emociones y las relaciones humanas….

El Príncipe Desolado es de esas obras que se agradecen…

Ficha Artística de “El Príncipe Desolado”

Dramaturgia: Juan Radrigán
Dirección: Alejandro Quintana (Premio de Dirección de Los Críticos Berlineses [1985], Premio de la Cultura en la República Democrática Alemana [1986] Premio a la Dirección en el Festival Europeo de Televisión “Intervision” Plowdiw [1989]
Asistencia de dirección: Juan Radrigán
Dramaturgista: Iván Fernández
Elenco: Francisco Melo, Daniel Alcaíno, Daniela Lhorente, Pepe Herrera, Silvia Marín, Andrés Céspedes, Claudio Riveros, Miguelángel Acevedo y David Hernández.
Diseño Escenográfico e iluminación: Eduardo Jiménez
Diseño de Vestuario: Jorge “Chino” González
Composición Musical: Alejandro Miranda
Producción General: Rienzi Laurie

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Un Radrigán “clásico” dirigido e interpretado en forma notable por Alejandro Quintana y un gran elenco para una obra compleja y estimulante que hace amar el teatro.

¡Párate frente a la vida y desnuda tu corazón atormentado, enmienda tu error, Dios equivocado de una raza sin destino, devuélveme la muerte!

Esta frase es una posible síntesis de una obra densa y estimulante.

Una dramaturgia “clásica” que resalta la obra y la trayectoria de Juan Radrigán (Premio Nacional de Artes de la Representación y Audiovisuales 2011), una dirección que evidencia los pergaminos de Alejandro Quintana en Alemania y una puesta en escena y actuaciones destacadas que harán de El príncipe desolado una de las grandes obras de este 2015.

El Bien y el Mal, Dios, el poder, la crítica, la disidencia, las normas, lo que se siente y lo que uno necesita, temas de género son sólo algunos de los temas que se abordan, que se abren y se ramifican en una obra compleja y densa en los mejores términos para dar como resultado una obra estimulante. Cuestionadora y estimulante como pocas.

Es un “clásico” en términos de lenguaje, se sale de lo que se espera “normalmente” de Radrigán, y eso puede ser un problema –y una decepción- para algunos. Pero ese lenguaje y estructura –muy bien usados- ayudan a crer una atmósfera y a apreciar la obra de otra forma, quizás en forma menos “contingente” (a pesar de la introducción que invita a pensar y cuestiona el Chile de hoy).

Los personajes están muy bien delineados, con roles claros, complejos, profundos, y muy bien interpretados. No hay interpretaciones bajas, destacando los protagonistas (Luzbel, Lilith y sus tres hijos), en especial la actuación de Francisco Melo (notable, muy distante de su rol en Coronación), Daniela Lhorente, y Silvia Marín. Por el peso que asume el rol de Luzbel como los contrapuntos de los personajes femeninos.

La obra permite muchas lecturas, en distintos niveles. Una obra que permite conversar y pensar y seguir pensando, que siendo densa, intelectual, conecta con vivencias y emociones. Cuestiona el poder, la verdad, las normas versus las emociones y las relaciones humanas….

El Príncipe Desolado es de esas obras que se agradecen…

Ficha Artística de “El Príncipe Desolado”

Dramaturgia: Juan Radrigán
Dirección: Alejandro Quintana (Premio de Dirección de Los Críticos Berlineses [1985], Premio de la Cultura en la República Democrática Alemana [1986] Premio a la Dirección en el Festival Europeo de Televisión “Intervision” Plowdiw [1989]
Asistencia de dirección: Juan Radrigán
Dramaturgista: Iván Fernández
Elenco: Francisco Melo, Daniel Alcaíno, Daniela Lhorente, Pepe Herrera, Silvia Marín, Andrés Céspedes, Claudio Riveros, Miguelángel Acevedo y David Hernández.
Diseño Escenográfico e iluminación: Eduardo Jiménez
Diseño de Vestuario: Jorge “Chino” González
Composición Musical: Alejandro Miranda
Producción General: Rienzi Laurie