Leviathan, la cinta nominado a los Óscars que crea polémica en Rusia

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El drama “Leviatán” del director ruso Andrei Zviaguintsev, que figura entre los nominados a los Oscars, suscitó un debate agitado en su país de origen, acusado por el Kremlin de manchar la imagen de Rusia.

Aunque el filme no se proyectará en las salas rusas antes de febrero, las críticas se han multiplicado en torno a la obra, recordando a algunos una broma del periodo soviético sobre la campaña de difamación sufrida por el libro de Boris Pasternak “Doctor Zhivago”: “No lo he leído, pero lo condeno”.

“Quienes han visto la película y quienes no la han visto debaten con vigor hoy, probablemente porque quienes se enfrentan no lo hacen sobre la película, sino sobre Rusia”, escribe el sitio de información Gazeta.ru.

“Leviatán”, que ya ha obtenido el premio de los Globos de Oro al mejor filme extranjero y el premio al mejor guión en el festival de Cannes, cuenta la historia de un habitante de un pueblo perdido del norte de Rusia, enfrentado a la corrupción regional.

El ministro ruso de Cultura, Vladimir Medinski, atacó de forma personal al director y su visión de Rusia en una entrevista difundida en el diario Izvestiael día de la nominación a los Oscars.

La película describe un ambiente de “desesperación existencial” en el que no hay “ni un solo héroe positivo”, declaró, añadiendo que los protagonistas no eran “verdaderos rusos”.

El ministro acusó al realizador de explotar cínicamente los tópicos antirrusos de los occidentales para llevarse los premios.

“¿Qué es lo que le gusta? Las estatuillas doradas y las alfombras rojas, eso está claro”, afirmó, tachando la cinta, que paradójicamente está financiada en parte por el gobierno ruso, de “oportunista más allá de toda proporción”.

La película, que ya ha salido en las salas francesas y británicas, se proyectará en Rusia a partir del 5 de febrero, una vez se hayan censurado las palabrotas que aparecen en ella.

‘Manifiesto cinematográfico anti-Putin’

Premiado en el extrajero y denostado por su falta de patriotismo en Rusia desde sus inicios cinematográficos, Andrei Zviaguintsev ha recibido, una vez más, múltiples alabanzas y numerosas críticas por su último filme.

“Es evidente que la película está hecha para un público occidental, o más bien para las élites occidentales, porque repite deliberadamente todos los mitos populares sobre Rusia”, aseguró el portavoz de la Iglesia ortodoxa, Vsevolod Chaplin, admitiendo que no había visto el filme.

Los fundamentalistas ortodoxos han pedido que se prohíba, tachándola de “maléfica”, ante la sugerencia velada de casos de corrupción en la iglesia.

El analista cercano al Kremlin Serguei Markov calificaba la cinta de “manifiesto cinematográfico anti-Putin” en su cuenta de Twitter.

Muchos críticos rusos, sin embargo, han rechazado las acusaciones contra el realizador.

El periodista Stass Tirkin, de la Komsomolskaïa Pravda, escribía que “no tiene sentido debatir las tesis infantiles de quienes aseguran que Zviaguintsev describe a personajes que se ahogan en vodka y critica a las autoridades solo para ser premiado en festivales occidentales”.

“Los artistas no están para hablar de la belleza de los abedules, los prados y los lagos rusos. ¡Es absurdo!”, se indignaba el célebre director teatral Konstantin Bogomolov.

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El drama “Leviatán” del director ruso Andrei Zviaguintsev, que figura entre los nominados a los Oscars, suscitó un debate agitado en su país de origen, acusado por el Kremlin de manchar la imagen de Rusia.

Aunque el filme no se proyectará en las salas rusas antes de febrero, las críticas se han multiplicado en torno a la obra, recordando a algunos una broma del periodo soviético sobre la campaña de difamación sufrida por el libro de Boris Pasternak “Doctor Zhivago”: “No lo he leído, pero lo condeno”.

“Quienes han visto la película y quienes no la han visto debaten con vigor hoy, probablemente porque quienes se enfrentan no lo hacen sobre la película, sino sobre Rusia”, escribe el sitio de información Gazeta.ru.

“Leviatán”, que ya ha obtenido el premio de los Globos de Oro al mejor filme extranjero y el premio al mejor guión en el festival de Cannes, cuenta la historia de un habitante de un pueblo perdido del norte de Rusia, enfrentado a la corrupción regional.

El ministro ruso de Cultura, Vladimir Medinski, atacó de forma personal al director y su visión de Rusia en una entrevista difundida en el diario Izvestiael día de la nominación a los Oscars.

La película describe un ambiente de “desesperación existencial” en el que no hay “ni un solo héroe positivo”, declaró, añadiendo que los protagonistas no eran “verdaderos rusos”.

El ministro acusó al realizador de explotar cínicamente los tópicos antirrusos de los occidentales para llevarse los premios.

“¿Qué es lo que le gusta? Las estatuillas doradas y las alfombras rojas, eso está claro”, afirmó, tachando la cinta, que paradójicamente está financiada en parte por el gobierno ruso, de “oportunista más allá de toda proporción”.

La película, que ya ha salido en las salas francesas y británicas, se proyectará en Rusia a partir del 5 de febrero, una vez se hayan censurado las palabrotas que aparecen en ella.

‘Manifiesto cinematográfico anti-Putin’

Premiado en el extrajero y denostado por su falta de patriotismo en Rusia desde sus inicios cinematográficos, Andrei Zviaguintsev ha recibido, una vez más, múltiples alabanzas y numerosas críticas por su último filme.

“Es evidente que la película está hecha para un público occidental, o más bien para las élites occidentales, porque repite deliberadamente todos los mitos populares sobre Rusia”, aseguró el portavoz de la Iglesia ortodoxa, Vsevolod Chaplin, admitiendo que no había visto el filme.

Los fundamentalistas ortodoxos han pedido que se prohíba, tachándola de “maléfica”, ante la sugerencia velada de casos de corrupción en la iglesia.

El analista cercano al Kremlin Serguei Markov calificaba la cinta de “manifiesto cinematográfico anti-Putin” en su cuenta de Twitter.

Muchos críticos rusos, sin embargo, han rechazado las acusaciones contra el realizador.

El periodista Stass Tirkin, de la Komsomolskaïa Pravda, escribía que “no tiene sentido debatir las tesis infantiles de quienes aseguran que Zviaguintsev describe a personajes que se ahogan en vodka y critica a las autoridades solo para ser premiado en festivales occidentales”.

“Los artistas no están para hablar de la belleza de los abedules, los prados y los lagos rusos. ¡Es absurdo!”, se indignaba el célebre director teatral Konstantin Bogomolov.