Europa emprendió una ofensiva contra el yihadismo, con la muerte el jueves de dos sospechosos en Bélgica y la detención este viernes de decenas más en este país, en Francia y en Alemania, una semana después de los atentados en París.

Los responsables europeos temen que los jóvenes que parten a zonas en conflicto, principalmente a Siria e Irak, para unirse a grupo radicales, entrenarse y combatir, regresen luego al continente para cometer ataques.

En París, donde recibió al secretario de Estado estadounidense John Kerry, el presidente francés François Hollande pidió una respuesta “colectiva” y “firme” contra el “terrorismo”.

En el marco de la investigación en Francia por los ataques de la semana pasada —en los que murieron 17 personas— la policía detuvo a doce personas en diferentes redadas de la región de París.

“Estas detenciones muestran la determinación del Estado. [...] El Estado quiere actuar de manera implacable, para dar con todos los que pueden ser cómplices de esos atentados bárbaros”, declaró el primer ministro francés Manuel Valls.

Dos muertos y 15 detenidos en Bélgica

En Bélgica, que se encuentra en estado de alerta, las autoridades hicieron 12 registros y detuvieron a 13 personas para “desmantelar una célula terrorista y su apoyo logístico” que se preparaba a “matar policías en la vía pública”, anunció este viernes la fiscalía federal.

Dos personas más fueron detenidas en Francia y Bélgica pedirá su extradición, indicó el portavoz de la fiscalía Thierry Werts. La mayoría de los registros tuvieron lugar en Bruselas y en Molenbeek, un barrio popular de la capital belga.

Una de las operaciones se llevó a cabo en Verviers, una ciudad del este de Bélgica cerca de la frontera con Alemania. Terminó el jueves por la tarde con un saldo de dos sospechosos muertos y uno herido.

La policía se incautó de fusiles kalashnikov, explosivos, armas cortas, municiones, celulares y material de radiocomunicación así como uniformes de policía.

Werts precisó que los sospechosos iban a pasar al acto “en un máximo de unos días”.

Las autoridades tenían informaciones sobre un “atentado inminente” de gran escala por un grupo de personas, “algunas de las cuales regresaban de Siria”, precisó el magristrado Eric Van der Sijpt.

Más de 3.000 jóvenes europeos partieron a combatir a Siria, según los expertos, y un 30% regresó a Europa.

“La operación permitió asestar un golpe importante al terrorismo en Bélgica”, agregó Van der Sijpt. El gobierno del primer ministro belga, Charles Michel, elevó el nivel de alerta a 3 de una escala de 4.

En algunas ciudades belgas, los policías fueron autorizados a regresar a sus domicilios con sus armas de servicio, y todos los agentes desplegados en la calle tienen la obligación de patrullar armados y con chalecos antibalas.

La seguridad se reforzó en las instituciones públicas, como la sede de la Comisión Europea, y las principales escuelas judías de Amberes y de Bruselas cancelaron sus cursos este viernes.

El primer ministro belga pidió el despliegue de unidades del ejército y la la creación de sectores especiales en las prisiones para “aislar” a los detenidos radicalizados.

Funerales en París

En Alemania, la policía lanzó una redada contra el “movimiento islamista berlinés”, con 11 registros y la detención de dos ciudadanos turcos, aunque no tenían información de que estuvieran preparando atentados en Alemania.

Según las autoridades alemanas, uno de los detenidos, un turco de 41 años, dirige “un grupo de extremistas islamistas” que incluiría a ciudadanos turcos, rusos de origen checheno o del Daguestán. Este grupo planificaba “un acto violento grave en Siria”.

En Francia, este viernes fue enterrado Charb, el director de la revista Charlie Hebdo, que murió junto a otras 12 personas en el ataque del 7 de enero.

En París, el secretario de Estado norteamericano John Kerry expresó la solidaridad de Estados Unidos con Francia con un largo abrazo con el presidente francés y un recorrido simbólico por los lugares de los atentados de la semana pasada.

“Compartimos el dolor del pueblo francés”, dijo, saludando el “sentido de la unidad” del pueblo francés.

John Kerry se reunió después con su homólogo francés, Laurent Fabius, y ambos recorrieron los lugares de los atentados en París, depositando ofrendas florales en el supermercado kósher, en el que cuatro judíos murieron el 9 de enero, y en la sede del semanario Charlie Hebdo, donde doce personas fueron asesinadas dos días antes.