Pasi Sahlberg, académico de la Universidad de Harvard y de origen finlandés, se refirió a la situación de la educación en nuestro país.

El experto en educación se encuentra de visita en Chile, donde se reunió con parlamentarios para discutir sobre la reforma al área, tras lo cual participará del VI Encuentro Anual de la Sociedad Chilena de Políticas Públicas, en la U. del Desarrollo.

En ese sentido, expresó que “lo que me impacta de la educación chilena es su inequidad casi extrema. Refleja una profunda desigualdad de ingresos en la sociedad”.

Según indicó en entrevista con La Tercera, la mejor forma de solucionar este problema es fortaleciendo la educación pública, que es -en su opinión- hacia donde debe apuntar la reforma educacional.

Por otra parte, profundizó sus críticas hacia el modelo, afirmando que “creo que los fondos estatales deben gastarse en la educación de los niños. Chile no lo está haciendo bien en comparaciones internacionales, si miramos qué tan equitativa es la distribución de recursos públicos en el sistema educacional”.

Ello porque “la evidencia internacional sugiere una fuerte correlación entre cómo los países gastan su presupuesto de educación y la equidad en esos sistemas educacionales. Así, se hace difícil entender cómo el lucro privado, que se obtiene del presupuesto estatal, puede mejorar la calidad y la equidad en la educación“, añadió.

El educador comparó el sistema chileno con el de su país natal Finlandia, que tiene el mejor modelo educacional a nivel mundial. Sobre ello, recalcó que “para ser honesto, no sólo es diferente, sino que es casi el opuesto. Mientras en Chile las políticas educacionales basadas en el mercado ven la competencia entre escuelas para matricular alumnos como el mecanismo clave, en Finlandia se alienta la cooperación, la red de contactos y la ayuda como los vehículos principales de la práctica educacional y su mejora”.

“Quizás la diferencia más fundamental es cómo se define la educación en nuestro marco legislativo. En Finlandia, es vista como un derecho humano básico, protegido por la Constitución. Toda la educación formal -incluyendo la superior- es financiada de forma pública y, por lo tanto, gratis. No hay escuelas o universidades privadas y está prohibido que escuelas o universidades recauden aranceles con cargo a fondos del gobierno”, explicó.

Asimismo, relató que “la educación obligatoria en Finlandia dura 10 años, desde los seis años, y no existe la selección ni el seguimiento de niños antes de que asistan a la educación secundaria superior. Chile ha elegido el camino de la elección de los padres y la selección temprana. Finlandia cree en un sistema integrador, donde todos los niños vayan al mismo tipo de colegios, sin importar sus antecedentes familiares o sus características personales”.

Respecto a la forma en que nuestro país podría superar sus problemas, concluyó que “mi visión es que la mejor manera para que Chile avance es mejorar sistemática y sostenidamente la equidad del sistema. Esto requeriría una nueva forma de distribuir los fondos para educación, para que ayuden primero a las escuelas más desfavorecidas (que son casi siempre públicas) (…) Lo que Chile debe considerar es que no hay en el mundo un sistema educacional que haya sido capaz de mejorar su desempeño con el tipo de políticas que se emplean hoy en Chile“.