“Todos somos Alemania” declaró este martes el presidente alemán Joachim Gauck ante una manifestación de musulmanes para mandar un mensaje de unidad ante la creciente islamofobia y condenar los ataques yihadistas de la semana pasada en París.

“Todos somos Alemania: nosotros, demócratas con nuestros diferentes pasados políticos culturales y religiosos, nosotros, que nos respetamos y necesitamos mutuamente” indicó el jefe de Estado en la concentración en favor de la tolerancia en la Puerta de Brandeburgo, frente a la embajada de Francia, ante unas 10.000 personas, incluyendo a la jefa de gobierno Angela Merkel.

Gauck también estimó que Alemania “es más diversa que antes en el plano religioso, cultural y en las mentalidades gracias a la inmigración”.

El lunes, Merkel había afirmado que “el islam forma parte de Alemania”.

Este país, el más poblado de Europa con cerca de 80 millones de personas, tiene unos cuatro millones de musulmanes, cuyas tres cuartas partes son de origen turco.

Las autoridades alemanas temen un aumento de la tensión tras los ataques en Francia.

En la tarde del martes, ante la multitud, sobre la cual ondeaban banderas francesas, alemanas e israelíes, representantes de los musulmanes colocaron frente a la embajada francesa una corona de flores blancas con la inscripción “Terrorismo: no en nuestro nombre”.

También se vieron pancartas que decían “Soy musulmán. Quiero vivir y no quitar la vida” o “Musulmanes alemanes solidarios de las víctimas del islamismo en París, Nigeria y el mundo entero. Contra el antisemitismo y el odio”.

Antes de guardar un minuto de silencio, varias personalidades hicieron uso de la palabra en la Puerta de Brandeburgo, entre ellas Aiman Mazyek, coorganizador y presidente del Consejo Central de los Musulmanes (ZMD), una de las asociaciones representativas de los musulmanes alemanes.

También hablaron representantes de las comunidades judía, católica y protestante, así como Gauck, que cerró la manifestación.

“Hoy queremos expresar nuestra solidaridad con el pueblo francés”, declaró Mazyek. “Los terroristas no ganaron y los terroristas no ganarán en el futuro”, agregó.

Por su parte, el vicepresidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania, Abraham Lehrer condenó “firmemente” los “actos de venganza, en particular las agresiones contra las mezquitas”, pero también expresó su preocupación por la “radicalización cada vez mayor dentro del islam” y el “creciente número de judíos franceses” que emigran al Estado de Israel.

Este acto tuvo lugar un día después de la decimosegunda manifestación en Dresde convocada por el movimiento islamófobo Pegida (acrónimo en alemán de Europeos Patriotas contra la Islamización de Occidente), que denuncia una “islamización” de Alemania.

La manifestación congregó más de 25.000 personas el lunes, un récord de asistencia. En su primer manifestación, el 20 de octubre, Pegida había reunido a 500 personas.

En la capital de Sajonia, muchos llevaban pancartas con referencias a los atentados parisinos como “No podéis matar nuestra libertad” o “Libertad de pensar en lugar de terror salafista”, mezclados con “Islam = Carcinoma”, “No al multiculturalismo” o “¡Paz con Rusia!”.

Desde octubre, Pegida organiza cada lunes una manifestación contra el islam y los demandantes de asilo, aunque en esta ocasión pidió rendir homenaje a las “víctimas del terrorismo de París”.

Más de 100.000 contramanifestantes también salieron a la calle el lunes en Alemania para protestar contra el movimiento islamófobo y oponerle una imagen de país solidario con las víctimas de París, pero también tolerante y abierto al mundo.

Según un sondeo publicado la semana pasada, más de la mitad de los alemanes (57%) considera el islam como una amenaza y el 61% estima que esta religión es incompatible con Occidente.