Debido a las graves heridas que le provocó un disparo a quemarropa, esta madrugada murió el cuidador de un fundo de Cañete que se encontraba internado en el Hospital Regional de Concepción. Su viuda aseguró que los autores los autores del crimen sólo entraron a la casa exigiéndole que se fueran del lugar.

La vida de Víctor Neira Acosta, de 40 años, pendía de un hilo después de recibir un tiro en el abdomen por desconocidos que entraron a la casa del fundo que cuidaba, en Quililhue, a 15 kilómetros de Cañete.

Murió hoy a la una de la madrugada debido al impacto con escopeta, que según su viuda, María Elena Cisternas, fue percutido a corta distancia. La mujer permaneció hasta último minuto junto a su marido, en el hospital regional, donde recordó los trágicos minutos.

Aunque el predio es agrícola y ganadero, fundamentalmente, explicó que también hay plantaciones de pinos y eucaliptus, que ella presentía podían transformarse en un objetivo de desconocidos, pero no sabe si la motivación de los asesinos se vincula con la reivindicación de tierra o robo de madera.

Explicó que llegaron a trabajar al fundo San Guillermo, hace apenas una semana, desde Curicó, pensando en encontrar un futuro mejor. Ahora esperan justicia y resultados reales por parte del gobierno para encontrar a los culpables.

En tanto, Bárbara, una sobrina paterna del fallecido Víctor Neira, que reside en San Pedro de La Costa, sigue sin convencerse de la tragedia.

La investigación por el crimen de Víctor Neira está en manos de la PDI.