Estados Unidos, el Reino Unido y Francia mencionaron este martes en el Consejo de Seguridad de la ONU un informe sobre la utilización de gas cloro en Siria, a cuya difusión se opuso Rusia, indicaron diplomáticos.

Este tercer informe de una misión de investigación de la OIAC (Organización para la Prohibición de las Armas Químicas) confirma “con un alto grado de certeza la utilización de gas cloro como arma” en el conflicto en Siria, sin designar a los culpables.

El documento, de 95 páginas, distribuido en diciembre a los 15 miembros del Consejo y del que la AFP tuvo una copia, cita numerosos testimonios que describen el lanzamiento de ese gas desde helicópteros. Sólo las fuerzas gubernamentales sirias disponen de helicópteros.

El texto fue presentado como una versión más desarrollada del segundo informe de la misión, que data de septiembre de 2014.

Evalúa entre 350 y 500, de las cuales 13 habrían muerto, el número de personas alcanzadas por ataques con gas cloro en tres aldeas del norte de Siria en abril y mayo de 2014: Talmenes, al-Tamanah y Kafr Zita.

En sus informes precedentes, el primero de ellos de junio de 2014, la OIAC concluyó que el gas cloro había sido utilizado de manera “sistemática y repetida” a comienzos de 2014 en esa misma zona, siempre sin mencionar a los responsables. París y Washington acusaron al gobierno sirio, que acusó a su vez a los grupos de oposición.

El informe brinda “testimonios más convincentes sobre la utilización de gas cloro por el régimen sirio”, afirmó en su cuenta de Twitter la embajadora estadounidense Samantha Power. “Hay que mostrar al régimen (sirio) que no es suficiente que destruya su arsenal declarado de armas químicas, , sino que debe también dejar de lanzar productos tóxicos a los civiles”.

Según diplomáticos del Consejo, el organismo no tomó ninguna decisión tras estas consultas a puertas cerradas, pero los occidentales lograron que se los mantuviera informados sobre los avances de la investigación, mientras que Rusia observó que este tema debe ser reservado a la OIAC y se opuso a la difusión del informe.

Los embajadores analizaron también los trabajos emprendidos para destruir las últimas instalaciones de producción de armas químicas en Siria. Estas tareas, desarrolladas en siete hangares y cinco túneles, subterráneos, “deben estar concluidos antes de fines de junio”, dijo la responsable del desarme en la ONU, Angela Kane.

Siria evacuó de su territorio unas 1.300 toneladas de agentes químicos en el marco de un acuerdo ruso-estadounidense que permitió evitar una intervención militar de Washington, luego que Damasco fuera acusado de emplear gas sarín en un ataque que causó 1.400 muertos en agosto de 2013.