Los bomberos luchaban denodadamente para controlar el violento incendio que devasta una zona del estado de Australia del Sur, antes de que las condiciones meteorológicas vuelvan a empeorar, indicaron las autoridades.

Al menos una decena de casas resultaron destruidas en este incendio que comenzó el viernes en Sampson Flat, en los montes Lofty Ranges, una cadena montañosa al este de Adelaida.

Unas 13.000 hectáreas han sido arrasadas en esta zona en la que predomina el monte bajo, y muchas viviendas se encuentran amenazadas por el fuego, según los servicios de bomberos y de socorro del Estado.

Las temperaturas descendieron desde el domingo y los vientos, factor determinante para agravar los incendios, habían amainado, una situación que se prevé se mantenga aún el martes. Después, a partir del miércoles se pronostican de nuevo temperaturas elevadas, de unos 38º centígrados.

El primer ministro de Australia meridional, Jay Weatherhill, subrayó que hay que aprovechar esta tregua del clima para avanzar en la lucha contra el siniestro. “Está lejos de haber terminado”, dijo a la Australian Broadcasting Corporation. 

“Estamos inmersos en una carrera contrarreloj para controlar lo más posible este incendio, antes que vuelva a hacer más calor y el viento sople más fuerte”, declaró.

Doce casas resultaron destruidas y otras veinte podrían haber corrido la misma suerte, añadió.

Los servicios de auxilio esperan poder aprovechar la jornada de este lunes para combatir el incendio por vía aérea.

Adelaide Hills es un área de monte bajo en la que viven unas 40.000 personas, y es famosa por su producción vitivinícola.

Centenares de bomberos de los estados vecinos de Victoria y Nueva Gales del Sur se unieron a sus colegas desde el domingo, alcanzando a unos 800 efectivos en total. 

Unas 29 personas, en su mayoría soldados del fuego, han sufrido heridas leves desde el comienzo del incendio, informó la policía.

En 1983, los violentos incendios provocaron más de 70 muertos en las regiones de Australia del Sur y Victoria tras destruir miles de viviendas, y en febrero de 2009, un “sábado negro” se cobró 173 víctimas mortales en Victoria y destruyó más de 2.000 viviendas.

Los incendios de monte bajo son muy frecuentes en Australia durante el verano.